miércoles, 4 de septiembre de 2013

Un análisis crítico de las pruebas de la existencia del VIH



rethinking.org/bmj/response_31507.html


INTRODUCCIÓN

Siguiendo a la aparición del sida en 1981 se propusieron muchos factores etiológicos. En mayo de 1983 Montagnier anunció el descubrimiento de un retrovirus, ahora conocido como VIH, a partir de tejido linfático de un hombre homosexual con linfadenopatía. Un año más tarde Gallo reportó datos que "sugerían que el HTLV-III [VIH] es la principal causa del sida". En 1986 la comunidad científica aceptó la aseveración de Gallo de que esos datos constituían unas "pruebas claras" de que el VIH es el agente causante del síndrome clínico. En la actualidad ,se considera todavía ampliamente que los cinco artículos de Science publicados por estos grupos francés y americano prueban, más allá de toda duda razonable, que el VIH existe y es la causa del sida.

Sin embargo, no todos los científicos aceptaron estos descubrimientos. En 1987 Peter Duesberg publicó un artículo invitado en Cancer Research acerca de los retrovirus y el cáncer, en donde también cuestionaba el papel del VIH en el sida. Al mismo tiempo uno de nosotros (Eleni Papadopulos-Eleopulos) también desafió la teoría, incluyendo los datos que aseguran tener probada la existencia del VIH. Papadopulos-Eleopulos también propuso una etiología alternativa no infecciosa, y tratamientos basados en esta hipótesis. Desde entonces nuestro grupo ha publicado artículos tratando cada aspecto de la teoría del VIH, incluyendo un examen detallado del aislamiento del VIH y del genoma del VIH. Aquí nos limitamos en gran medida a analizar los datos publicados por Montagnier y Gallo en sus artículos de Science de 1983-84. Solamente se analizan brevemente los datos genómicos, porque la existencia del VIH y la teoría del VIH del sida fueron universalmente aceptadas antes de que aquellos datos estuviesen disponibles. Para un análisis exhaustivo de los datos genómicos se redirige al lector a la referencia 19.


Retrovirus y su identificación

Un virus tiene dos propiedades características. La primera es anatómica, es decir, el ser una partícula microscópica de una morfología determinada; la segunda, la capacidad de generar descendientes idénticos mediante procesos sintéticos que ocurren obligatoriamente dentro de las células vivas. Es este último atributo el que determina que una partícula con las apariencias de un virus, es decir, una partícula con aspecto retroviral, es infecciosa y por tanto un virus. Las tres subfamilias (0ncovirinae, Lentivirinae y Spumavirinae) de Retroviridae (Retrovirus) son "virus envueltos con un diámetro de 100 a 120 nanometros gemando de las membranas de las células. Las partículas de virus liberadas de las células contienen cuerpos internos condensados (núcleos) y tienen salientes (puntas, botones)". Las partículas retrovirales contienen ARN y la enzima transcriptasa inversa (RT), una ADN polimerasa dependiente de ARN que cataliza la síntesis de ADN de modo contrario al dogma central de la biología, es decir, en dirección "contraria" a la de ADN a ARN. Según los retrovirólogos, tal ADN se integra entonces dentro del ADN celular existente como un "provirus". Las partículas retrovirales comparten la propiedad de concentrarse (hacer banda) a una densidad de 1,16 g/ml cuando se centrifugan a altas velocidades en gradientes de densidad de sacarosa, un hecho utilizado durante mucho tiempo en su purificación.

Todos los retrovirólogos están de acuerdo que para probar la existencia de un retrovirus es necesario aislarlo. Sin embargo, el término "aislamiento de virus" tiene muchas dificultades semánticas y ambigüedades. Según el diccionario "aislamiento" se deriva del latín insulatus (reducido a una isla) y se refiere al acto de separar un objeto del resto de toda la materia que no es dicho objeto. "Purificación" significa obtener algo libre de impurezas. En este contexto, aislamiento es lo mismo que purificación. Puesto que las partículas virales son pequeñas no es posible obtener una partícula sola aislada. La siguiente opción es obtener una masa de partículas separadas de todo lo demás. Hasta principios de los años 80, para el aislamiento de retrovirus animales así como del "primer" retrovirus humano HL23V, por aislamiento los retrovirólogos se refirieron a purificación. Por otra parte, en la actualidad tanto los textos básicos como los especializados raramente definen "aislamiento", y cuando lo hacen tales intentos no aclaran las cosas. Por ejemplo, Levy define aislamiento como una "muestra de un virus procedente de una fuente definida", y White como la capacidad de "identificar un virus totalmente inesperado, o incluso descubrir un agente totalmente nuevo". Como "aislamiento de virus" se hace referencia a métodos de cultivo de especímenes en tejidos y células de embrión de pollo, así como animales vivos, seguido de documentación de efectos citopáticos y patológicos, hemoabsorción, immunofluorescencia, reacciones antígeno-anticuerpos y "caracterización del genoma viral". Los expertos del VIH, incluyendo a Luc Montagnier y Robin Weiss, definen "aislamiento de virus" como "propagarlos [los virus] en células de cultivo" y lo dicho aquí. Sin embargo, si "aislamiento de virus" es "tomar una muestra de virus de una fuente definida", o "propagarlos en células de cultivo", entonces se debe tener una prueba previa de que el virus existe "en una fuente definida" o "en células en cultivo". No se puede saber que un virus existe o definir sus constituyentes sin la purificación (aislamiento) de las supuestas partículas virales.

Hay varias razones por las cuales esto es obligatorio:


Para probar que las partículas con aspecto retroviral son infecciosas, es decir, son un virus

El encontrar partículas con las apariencias de los retrovirus no es prueba de que tales partículas sean retrovirus, y menos que una partícula sea un retrovirus determinado. Las partículas que tienen las características morfológicas de los retrovirus son omnipresentes. En los años 1970, tales partículas se observaron con frecuencia en tejidos de leucemia humanos, cultivos de tejidos embriónicos y "en la mayoría, si no todas, las placentas humanas". Las partículas retrovirales de Tipo C están presentes en el "pescado, serpientes, gusanos, faisán, codorniz, perdiz, pavo, ratón de árbol y agouti" así como en la "tenias, insectos ... y mamíferos". Gallo era muy consciente de este problema ya en 1976, cuando escribió: "se ha observado frecuentemente en tejidos leucémicos la liberación de partículas de aspecto viral, morfológicamente y bioquímicamente parecidas a los virus tipo C, pero aparentemente sin la habilidad de replicarse". En otras palabras, no es posible afirmar que una partícula es un virus basándose solamente en las apariencias. Para probar que las partículas de aspecto retroviral observadas en un cultivo son un virus uno debe aislar las partículas, caracterizar sus proteínas y ARN, e introducir las partículas en un segundo cultivo. Si se liberan partículas en este segundo cultivo, deben ser también aisladas y probar que sus proteínas y el ARN son los mismos que las del primer cultivo. En tales experimentos no se debe pasar por alto el uso de controles adecuados, y al hacer esto tomar en consideración la importante diferencia entre los agentes retrovirales y otros agentes infecciosos.

Cuando se encuentra un agente infeccioso, por ejemplo un virus o una bacteria, bien in vitro o in vivo, se puede estar seguro de que el agente se ha introducido en el cultivo o el animal desde el exterior. Los retrovirus son la excepción, porque los genomas humanos y animales normales contienen información que, bajo las condiciones apropiadas, lleva a la síntesis de ARN retroviral y proteínas, o incluso al ensamblaje de partículas retrovirales, es decir, a la expresión de retrovirus endógenos. Y aunque todavía como en 1994, tanto Gallo como Fauci enseñaron que "no hay retrovirus endógenos humanos", se sabe que al menos el 1% del ADN humano es ADN retroviral, y que los retrovirus endógenos estan presentes "en todos nosotros". Además, pueden surgir genomas retrovirales endógenos nuevos, procedentes de reensamblajes de los genomas retrovirales existentes, ADN celular, o ambos, causado por muchos factores, incluyendo procesos patogénicos. La expresión de genomas retrovirales endógenos puede surgir espontáneamente y puede acelerarse significativamente e incrementarse la producción mediante condiciones que causen la activación celular. Según el eminente retrovirólogo George Todaro, "el fracaso en aislar virus endógenos de ciertas especies podría reflejar las limitaciones de las técnicas de cocultivación in vitro". Los retrovirus producidos de modo endógeno son morfológicamente y bioquímicamente indistinguibles de los retrovirus exógenos. Debido a esto, el encontrar un retrovirus idéntico en cultivos-cocultivos "infectados" en serie no prueba que las células estén infectadas con un retrovirus exógeno. Un método que puede ayudar a resolver, pero no probar, si las células adquieren un virus del exterior (retrovirus adquirido de modo exógeno, retrovirus infeccioso), y que no se ha ensamblado un retrovirus a partir de información ya existente en las células normales (retrovirus endógeno), es llevar a cabo cultivos-cocultivos de control en paralelo con los cultivos-cocultivos de test. La única diferencia entre los cultivos de test y de control debería ser la introducción del tejido supuestamente infectado en los cultivos de test. En cualquier otro respecto los cultivos de control deben ser tratados idénticamente. Por ejemplo:

a) debido a que la detección de RT y secuencias genéticas retrovirales, y que la liberación de partículas retrovirales depende del estado metabólico de las células, el estado fisiológico de las células utilizadas en los cultivos de control debería ser lo más cercano posible al cultivo de test;

b) debido a que el mero acto de la cocultivación puede llevar a la liberación de partículas retrovirales endógenas, si las células de test son cocultivadas, igual debería ocurrir con los controles;

c) cuando se añaden los fragmentos a los cultivos, procedentes incluso de células normales no estimuladas, podrían aumentar la expresión retroviral endógena. Debido a esto, cuando las células huesped se cultivan con sobrenadante o material que se concentra a 1,16 g/ml procedente de cultivos que se piensa que están infectados, los controles deben cultivarse con material similar procedente de cultivos no infectados;

d) puesto que la aparición de retrovirus endógenos se puede acelerar, y la producción se puede incrementar un millón de veces, mediante la estimulación de los cultivos con mitógenos, mutágenos, carcinógenos químicos y radiación, si los cultivos de test se exponen o emplean tales agentes, igual debería ocurrir con los controles;

e) para evitar la propensión del observador y en el mejor interés de la ciencia, debería realizarse un examen ciego de los cultivos-cocultivos de test y de control.


Para determinar sus efectos biológicos

Sin recurrir a partículas puras es imposible determinar si los efectos son debidos a partículas de virus o a contaminantes, incluyendo "estimulantes químicos", un aviso recalcado ya en 1911 por Peyton Rous, el padre de la retrovirología.

En 1911 Rous consiguió causar malignidades en pollos mediante inyecciones de filtrados libres de células obtenidos de un tumor muscular. Muchos investigadores repitieron experimentos similares, y los fitrados que causaban tumor llegaron a ser conocidos como agentes filtrables, virus filtrables, agentes Rous, virus Rous, y finalmente retrovirus. Sin embargo, el propio Rous expresó sus dudas de que los agentes que causaban los tumores fueran infecciosos por naturaleza. De hecho, advirtió: "La primera tendencia será considerar el agente autoperpetuo activo en este sarcoma de ave como un organismo parasitario pequeño. La analogía con algunas enfermedades infecciosas de hombres y de animales inferiores, causadas por organismos ultramicroscópicos, da apoyo a esta visión de los descubrimientos, y en la actualidad el trabajo está siendo dirigido hacia su verificación experimental. Pero no debe descartarse un organismo de otro tipo. Es concebible que un estimulante químico, elaborado por las células neoplásicas, pueda causar el tumor en otro huesped y provocar en consecuencia una producción adicional del mismo estimulante" (44).


Para caracterizar las proteínas virales

La única forma de probar que una proteína es un constituyente de un objeto es obtener dicha proteína a partir de dicho objeto, y cuando el objeto es muy pequeño, como en el caso de los virus, a partir de material consistente en partículas de virus purificadas. Si el material contiene impurezas que sean proteínas, o que contenga proteínas, no es posible determinar cuáles son virales y cuáles no. Solamente una vez que las proteínas antivirales se caractericen, es posible emplearlas como antígenos en los tests de anticuerpos.


Para caracterizar el genoma viral

Al igual que con las proteínas virales, el único modo de probar que un tramo de ARN es viral es obtenerlo de material que contiene nada más que partículas virales. Si el material contiene impurezas, estas no deben incluir ARN. Entonces y sólo entonces se puede usar el ARN y su ADN complementario (ADNc) como sondas y cebadores para hibridación genómica y estudios de PCR.


Para actuar como estándar oro para los tests de anticuerpos

La reacción de un virus o proteína viral con un anticuerpo presente en el suero de un paciente no prueba que el anticuerpo esté causado o dirigido contra el virus o una proteína viral, es decir, no prueba que la reacción sea específica. Esto es debido a que hay dificultades significativas que entorpecen la interpretación de la reactividad anticuerpo-antígeno, incluyendo estimulación no específica, reactividad cruzada o ambas. La reactividad cruzada resulta de móleculas de anticuerpos, incluso anticuerpos monoclonales, que interactúan no solamente con el antígeno que lo causa, sino también con otros antígenos. De hecho, hay casos donde "los anticuerpos de reacción cruzada pueden tener mayor afinidad con antígenos distintos al antígeno causante. Incluso anticuerpos que difieren en la mayoría de su estructura pueden compartir un determinante, y un anticuerpo monoclonal que reconozca este sitio daría entonces una reacción cruzada al 100%. Un ejemplo es la reacción de autoanticuerpos en el lupus con el ADN y la cardiolipina ... Debería enfatizarse que compartir un 'determinante' no significa que los antígenos contengan estructuras químicas idénticas, sino que tienen un parecido químico que puede no ser bien comprendido, por ejemplo, una distribución de cargas de superficie". Puesto que los anticuerpos policlonales están compuestos de anticuerpos monoclonales, estos hechos se aplican igualmente, si no más, a los anticuerpos policlonales. Estos hechos se han explotado ampliamente en la medicina clínica para el diagnóstico de enfermedades como la sífilis y la mononucleosis infecciosa. En estas enfermedades, el T. pallidum y el virus Epstein-Barr causan la aparición de anticuerpos que reaccionan con proteínas ox-corazón y con glóbulos rojos de caballo y oveja. Sin embargo, esto no significa que los pacientes estén "infectados" con ox-corazón, ni con glóbulos rojos de caballo, ni que las enfermedades estén causadas por estos agentes. El único modo de determinar la especificidad de una reacción anticuerpo-antígeno es el uso de un método independiente, un estándar oro que pruebe la presencia o ausencia del antígeno. El único estándar oro posible para que un test pruebe una infección viral es el virus en cuestión, es decir, el aislamiento-purificación del virus.


MÉTODOS PARA EL AISLAMIENTO-PURIFICACIÓN DE PARTÍCULAS CON ASPECTO RETROVIRAL

Hasta la década de los 50 los retrovirus se aislaron-purificaron mediante filtrado, aunque este método es poco satisfactorio. Con el desarrollo del microscopio electrónico, para algunos retrovirólogos, aparentemente, la detección de partículas con aspecto retroviral se consideró como suficiente para probar la existencia de un retrovirus. Sin embargo, otros científicos, incluyendo al bien conocido retrovirólogo J.W. Beard, reconocieron que las células, incluyendo las células no infectadas, bajo condiciones variadas, eran responsables de la generación de una diversidad heterogénea de partículas, algunas con las apariencias de los retrovirus. Beard enfatizó: "la identificación, caracterización y análisis son objeto de disciplinas bien conocidas establecidas mediante investigaciones intensas, y las posibilidades no se han agotado de ninguna manera. Sin embargo, sorprendentemente, es en este campo donde se ven los fallos más frecuentes. Estos están relacionados en ocasiones con la evasión de disciplinas o su aplicación a materiales inadecuados. Como estaba previsto, gran parte del interés en los aspectos más tediosos del aislamiento y análisis de partículas se ha desviado por los más sencillos y sin duda procesos informativos de la microscopía electrónica. Aunque se puede aprender mucho y rápidamente con este instrumento, sin embargo es claro que los resultados obtenidos con él no pueden nunca reemplazar, y con frecuencia también pueden ocultar, la necesidad de análisis fundamentales críticos que son dependientes del acceso a materiales homogéneos" (cursiva nuestra).

En la década de los 1970, había un acuerdo general de que "las partículas virales de RTV [retrovirus] tienen una densidad de flotación característica, y la centrifugación al equilibrio en gradientes de densidad es la técnica preferida para la purificación de RTV". El método de hacer banda en gradientes de densidad tampoco es ideal. Otras sustancias distintas a los retrovirus pueden concentrarse a la misma densidad. Esto es el motivo de que, en la reunión mantenida en el Instituto Pasteur en 1972, Francoise Barre-Sinoussi y Jean-Claude Chermann enfatizaron que para sostener la purificación de partículas de aspecto retroviral usando gradientes de densidad de sacarosa, es absolutamente necesario probar, utilizando el microscopio electrónico, que la banda de 1,16 g/ml contiene nada más que partículas "sin diferencias aparentes en las apariencias físicas".


LOS FENÓMENOS QUE SOSTIENEN QUE PRUEBAN LA EXISTENCIA DEL VIH

En mayo de 1983 Luc Montagnier, Francoise Barre-Sinoussi, Jean-Claude Chermann y sus colegas publicaron un artículo en Science titulado "Aislamiento de un retrovirus T-Linfotrópico procedente de un paciente en riesgo de Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (sida)". Este es el artículo que, desde la resolución de la polémica entre Montagnier y Gallo acerca de las acusaciones de apropiación indebida por parte de este último del virus francés enviado a los Estados Unidos por el Instituto Pasteur, se acepta como que es el estudio que probó la existencia del VIH. En dicho estudio se probó que los cultivos de células de nódulo linfático estimulados con mitógenos, procedentes de un hombre gay (BRU) con linfadenopatía eran capaces de transcribir al cebador-plantilla de ARN sintético An.dT15. De estos datos Montagnier y sus colegas concluyeron que las células de nódulo linfático de BRU estaban infectadas con un retrovirus. El encontrar la misma actividad en el sobrenadante de un cocultivo consistente en las mismas células con linfocitos estimulados procedentes de un individuo sano se consideró como prueba de la transmisión del virus, así como de aislamiento. En otro experimento, los sobrenadantes procedentes de los cultivos fueron añadidos a cultivos de linfocitos de cordón umbilical estimulados de dos o tres días de antigüedad. "La microscopía de electrones de los linfocitos de cordón umbilical infectados mostró partículas inmaduras características con una medialuna densa (tipo C) gemando de la membrana de plasma". El sobrenadante procedente del cultivo fue sometido a gradiente de densidad de sacarosa, y en la banda de 1,16 g/ml se mostró que transcribía An.dT15. Las proteínas en la banda de 1,16 g/ml, así como las proteínas de un fragmento celular se separaron según su peso molecular utilizando "un búfer desnaturalizado y electroforizado en 12,5 por ciento de gel de bloque de SDS de poliacrilamida". Cuando las tiras se incubaron con los sueros humanos, se encontró que muchas proteínas procedentes de los fragmentos celulares reaccionaban con los sueros procedentes de BRU, otro hombre homosexual, así como un "donante sano". En las tiras que contenían las proteínas procedentes de la banda de 1,16 g/ml, se encontró que reaccionaban tres proteínas, incluyendo una p25 ('p' de proteína y 25 de su peso molecular en miles). También informaron que la p25 no reaccionó con anticuerpos del HTLV-I. Se sostuvo que el material que se concentró a 1,16 g/ml era "virus purificado, etiquetado", aunque no se presentaron datos de microscopio electrónico. Los autores concluyeron: "Un retrovirus perteneciente a la familia de los virus de leucemia de células T humanas (HTLV) recientemente descubiertos, pero claramente distinto de cada aislamiento previo, se ha aislado a partir de un paciente caucásico con signos y síntomas que con frecuencia preceden al síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida). Este virus es un virus de tumor de ARN tipo C típico, gema de la membrana de la célula, prefiere el magnesio para la actividad de transcriptasa inversa, y tiene un antígeno interno (p25) similar a la p24 del HTLV".

Robert Gallo y sus colegas no consideraron los datos del grupo de Montagnier como "aislamiento verdadero". Ya en 1997, en un libro publicado por uno de los mejores expertos del VIH, Jaap Goudsmit, se puede leer: "El nodúlo linfático de BRU se cultivó primero a principios de enero de 1983 y, el 15 de enero, derramó una enzima absolutamente única del grupo de lentivirus [La enzima no es ni siquiera específica a los retrovirus, mucho menos a los Lentivirus (ver abajo)] ... El virus de BRU creció lentamente y con dificultades, pero se informó de su identidad y actividad en la edición del 20 de mayo de 1983 de Science ... El grupo de Pasteur fue ampliamente aclamado, siendo algo preocupante. En el mundo de la virología, encontrar un nuevo virus no es suficiente: se debe propagar y aislar el organismo para el análisis por otros virólogos. Los franceses no habían aislado todavía su nuevo lentivirus".

¿Por qué entonces: a) Gallo, que revisó el manuscrito de Montagnier, recomendó su publicación? b) todos los expertos del VIH, incluyendo a Gallo y Goudsmit (en la página 24 de su libro se lee: "BRU fue la primera cepa en ser aislada") aceptan que el primer aislamiento del VIH y por tanto su existencia, se probó en el artículo de Science de 1983?

Un año después, en mayo de 1984, Gallo, Popovic y sus colegas publicaron cuatro artículos en Science en donde sostuvieron el "aislamiento" de otro retrovirus procedente de pacientes de sida. Sin embargo, aparte del uso de una línea de células leucémica, la única diferencia entre los datos de los grupos de Montagnier y Gallo fue cuantitativa. En el primer artículo, titulado "Detección, Aislamiento y Producción Continua de Retrovirus Citopácicos (HTLV-III) a partir de pacientes con sida y pre-sida", (HTLV-III = VIH), se describieron experimentos en donde "fluidos de cultivos concentrados recolectados a partir de cultivos [estimulados mitogénicamente] de corto plazo de células T" procedentes de pacientes de sida y pre-sida se cultivaron con una línea de células leucémicas estimuladas mitogénicamente HT y clones altamente seleccionados, obtenidos mediante el cultivo de HT con células irradiadas de un donante sano. Los datos presentados como prueba de aislamiento del VIH fueron: a) actividad de RT en sobrenadantes libres de células y en la banda de 1,16 g/ml; b) reacción en los cultivos con "antisuero de conejo al HTLV-III" y "suero del paciente (E.T.)"; c) ME mostrando la presencia de partículas de aspecto retroviral en los cultivos.

Una investigación conducida por el National Institutes of Health Office of Scientific Integrity encontró que la línea de células HT no se cultivó con fluidos concentrados (sobrenadante) procedente de pacientes de sida individuales, sino con fluidos concentrados acumulados inicialmente a partir de cultivos individuales de tres pacientes, y finalmente de cultivos individuales de diez pacientes. En los testimonios dados en esta investigación, la razón dada fue porque ninguno de los sobrenadantes "estuvo produciendo individualmente altas concentraciones de transcriptasa inversa". Es decir, Gallo y sus colegas no consideraron los niveles de RT de cultivos individuales como prueba de que los especímenes contuviesen un retrovirus. La investigación de Gallo encontró la acumulación de especímenes como de "rigor científico dudoso". Un científico describió el procedimiento como "realmente de locura". Más importante, ¿cómo pudo Gallo utilizar la reacción con el antisuero de conejo para probar el aislamiento (purificación) del VIH cuando, para obtener antisuero de conejo, se debe en primer lugar inyectar a los conejos VIH puro?. Es inexplicable como Gallo y sus colegas pudiesen ya poseer "suero de conejo al HTLV-III" antes de que hubiesen probado la existencia de un virus nuevo. Además, si el antisuero fue fabricado "a partir de conejos infectados repetidamente con HTLV-III alterado", es decir, el material que se concentra a 1,16 g/ml, se esperaría obtener anticuerpos a todas las proteínas constituyendo este material, incluso si las proteínas fuesen celulares y no virales.

En el segundo artículo titulado "Detección y Aislamiento Frecuente de Retrovirus Citopácicos (HTLV-III) procedente de pacientes de sida y en riesgo de sida", Gallo y sus colegas afirmaron haber "aislado" el HTLV-III (VIH) a partir de 26 de 72 (36%) de pacientes de sida. En este artículo se definió aislamiento como "más de uno de lo siguiente": "detección repetida de actividad de transcriptasa inversa dependiente de Mg2+ en fluidos de sobrenadante; virus observados mediante microscopía electrónica (ME) [partículas retrovirales en los cultivos]; expresión intracelular de antígenos relacionados con el virus detectados con anticuerpos de donantes seropositivos, o con antisuero de conejo al HTLV-III; o transmisión de partículas". La transmisión de partículas se definió como la "detectada mediante ensayos de RT o mediante observación de microscopía electrónica, en sangre de cordón [umbilical] humana fresca, médula osea o linfocitos T de sangre periférica" cultivados con sobrenadantes procedentes de los cultivos "infectados" (se puede ver que el método del grupo de Gallo permitió "aislamiento" de un retrovirus sin pruebas de partículas ni de RT).

En el tercer artículo, las proteínas de la banda de 1,16 g/ml que afirmaron que era "VIH" purificado, así como las proteínas procedentes de las células "infectadas", fueron "lisiadas y fraccionadas mediante electroforesis en gel de bloque de poliacrilamida al 12% en la presencia de SDS. Las bandas de proteínas fueron transferidas electroforéticamente a una hoja de nitrocelulosa" y hechas reaccionar con distintos sueros. Es decir, Gallo utilizó una técnica que es conocida como el test de anticuerpos Western blot (WB). Se encontró que muchas proteínas del fragmento celular reaccionaban con los sueros tanto de pacientes como de individuos sanos. También informaron que dos proteínas de la banda de 1,16 g/ml, la p24 y la p41, reaccionaron con los sueros del paciente. Por esta y ninguna otra razón se afirmó que "estas moléculas son los principales componentes de la preparación de virus. La p24 y la p41 pueden por tanto considerarse como proteínas estructurales virales". En cuanto a la morfología, el grupo de Gallo informó que la partícula de VIH "se produce en altos números a partir de células infectadas mediante la gemación desde la membrana de plasma. Una posible característica única de este virus es el núcleo en forma cilíndrica observado en muchos viriones maduros ... el HTLV-III es un verdadero miembro de la familia HTLV". (los HTLV's son partículas retrovirales de tipo C y no Lentivirus como se afirma que es el VIH).

En el cuarto artículo, en vez de separar las proteínas que se concentran a 1,16 g/ml y entonces incubarlas con los sueros de paciente, se utilizó una mezcla de todas las proteínas, es decir, realizaron un test conocido como ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas (ELISA). "Para comprender la naturaleza molecular de los antígenos reconocidos mediante el ELISA", también realizaron un WB, con algunos de los sueros. Informaron de que: "Las muestras de suero procedente del 88 por ciento de los pacientes con sida y procedente del 79 por ciento de los hombres homosexuales con señales y síntomas que frecuentemente preceden al sida, pero procedentes de menos de menos del 1 por ciento de individuos heterosexuales, tienen anticuerpos reactivos contra antígenos del HTLV-III. La reactividad inmune principal parece estar dirigida contra la p41, el supuesto antígeno de envoltura del virus ... Los datos presentados aquí y en los informes adjuntos sugieren que el HTLV-III es la causa principal del sida". Dos años después Gallo escribió que "Los resultados presentados en nuestros cuatro artículos proporcionaron pruebas claras de que la etiología del sida y el ARC era el nuevo retrovirus linfotrófico HTLV-III" (67) (cursiva nuestra).


COMENTARIOS

Como se ha mencionado, aparte de la diferencia cuantitativa, los experimentos del grupo de Gallo no son distintos de los realizados por Montagnier y sus colegas. Se deduce entonces que si los datos del grupo de Montagnier no prueban el "aislamiento verdadero", tampoco lo prueban los de Gallo ni los de nadie más, porque hasta la fecha todos han repetido (aunque la gran mayoría solamente una parte) los mismos experimentos que estos dos grupos. Es extremadamente importante remarcar que ningún grupo reportó el uso de controles válidos (ver arriba), ni probaron que hubieran obtenido partículas con aspecto retroviral purificadas. La pregunta es entonces, ¿los datos obtenidos por los grupos de Montagnier y Gallo, es decir, RT, partículas en cultivos y reacciones antígeno-anticuerpo, prueban el aislamiento de un retrovirus único, o incluso un retrovirus, cualquier retrovirus?

Sin duda, si por aislamiento se entiende prueba de purificación, entonces no lo cumple la detección de una enzima, o partículas con aspecto retroviral en un cultivo, o proteínas bien en las células o en la banda 1,16 g/ml que reaccionan con anticuerpos presentes en sueros humanos o animales. Argumentar cualquier otra cosa sería como definir la detección de enzimas cardiacas o hepáticas en la sangre de pacientes que sufren dolor de pecho o ictericia como prueba del aislamiento del corazón o el riñón humano. Del mismo modo, si una reacción anticuerpo-antígeno es prueba de aislamiento de un virus, entonces la reactividad de anticuerpos con la proteína βHCG sería prueba del aislamiento de la placenta humana. La afirmación de que la detección de partículas de aspecto retroviral en un cultivo prueba aislamiento no es distinta de afirmar que la detección de una critarura con aspecto de pez en el océano es lo mismo que tener un determinado pez en la sartén. La detección de RT, partículas con aspecto retroviral y reactividad anticuerpo-antígeno solamente puede considerarse como prueba de la detección de un retrovirus sí y solamente sí hay un conocimiento previo de que los tres fenómenos son específicos a los retrovirus.

Para sostener que la detección de estos fenómenos prueba la existencia de un nuevo retrovirus hay que tener pruebas de que al menos uno de los tres fenómenos es distinto a los observados en todos los demás retrovirus conocidos.


Transcriptasa inversa

En la actualidad, algunos de los investigadores líderes del VIH consideran la RT como condición necesaria y suficiente de los retrovirus, considerando la detección de retrotranscripción en cultivos de linfocitos procedentes de pacientes de sida no solamente como prueba de la presencia de tales virus, sino también del VIH en sí mismo, incluyendo el aislamiento y la cuantificación del VIH. Sin embargo, según algunos de los mejores retrovirólogos conocidos, incluyendo a su descubridor, así como al premio Nobel y antiguo director del National Institute of Health de los Estados Unidos, Harold Varmus, las transcriptasas inversas están presentes en todas las células, así como en bacterias y virus. "La transcriptasa inversa (RT) fue descubierta inicialmente como un catalizador esencial en el ciclo biológico de los retrovirus. Sin embargo, en los últimos años, ha habido pruebas que muestran que las RT's están involucradas en un sorpresivo gran número de eventos transcripcionales mediados por ARN, que incluyen entidades genéticas tanto virales como no virales". Incluso si la RT fuese solamente una propiedad de los virus no es específica de los retrovirus. Según Varmus, "a la retrotranscripción se le atribuyó un papel central en la replicación de otros virus [virus de la hepatitis B y virus de mosaico de la coliflor), y en la transposición y generación de otros tipos de ADN eucarióticos". "Los virus de la hepatitis B (HBV's) son virus de ADN pequeños que producen infecciones hepáticas persistentes en un diversos animales, y replican sus genomas de ADN mediante la retrotrasncripción de un ARN intermediario. Todos los miembros de esta familia contienen una estructura de lectura abierta (ORF), "P" (de pol) que es homólogo a genes pol retrovirales [pol = polimerasa]". "El virus de la hepatitis B (HBV) se parece a los retrovirus, incluido el VIH, en algunos aspectos. En particular, ambos virus contienen transcriptasa inversa, y se replican a traves de un intermediario de ARN". Debido a esto, se ha sugerido que la infección de hepatitis B debería tratarse con los mismos agentes antiretrovirales que la infección de VIH.

En la actualidad, existen pruebas que muestran que, aunque el principal órgano objetivo del virus de la hepatitis B es el hígado, otras células distintas a los hepatocitos, "incluyendo linfocitos y monocitos de sangre periférica, pueden llegar a ser infectados con el HBV". La estimulación de linfocitos en general y el PHA (un agente empleado en la mayoría de los cultivos con tejidos de los pacientes de sida), están asociados con la producción de virus de la hepatitis B a partir de linfocitos de sangre periférica en pacientes infectados con el HBV, incluyendo "replicación viral en la infección de hepatitis B crónica de los niños". El virus de la hepatitis B está muy extendido en los grupos de riesgo del sida.

En los primeros años 1970 Gallo probó que cultivos de células leucémicas transcriben el cebador-plantilla An.dT15 como lo hace el material que se concentra a 1,16 g/ml procedente de "linfocitos de sangre humana normales estimulados con PHA (pero no dejados de estimular)". Leyendo los artículos de Science de Gallo de 1984, se obtiene la impresión de que la línea de células HT leucémicas, y de este modo sus clones, incluyendo el H9 que utilizó Gallo, fue una línea de células nueva desarrollada en el laboratorio de Gallo. Sin embargo, en la actualidad se sabe que la línea de células HT es la línea de células HUT78 que se originó de un paciente con leucemia de células T adultas, una enfermedad que Gallo afirmó que estaba causada por un retrovirus, el HTLV-I. Un año antes, Gallo afirmó tener probado que las células HUT78 estaban infectadas con el HTLV-I. Si este es el caso, el grupo de Gallo habría detectado RT en sus cultivos, incluso si la enzima fuese específica a los retrovirus y los cultivos no estuviesen infectados con el VIH. Otros investigadores reportaron actividad de RT en espermatozoides normales no infectados.

Debe señalarse también que la presencia de transcriptasa inversa del VIH fue detectada por Montagnier y Gallo (y todos los expertos del VIH desde entonces) de modo indirecto, es decir, mediante la detección de transcripción del cebador-plantilla An.dT15. Sin embargo, al menos en 1984, si no en 1983, Montagnier y sus colegas sabían que en los años 1970 estaba probado que "Entre un número de cebadores plantilla, el (rA)n.(dT)12-18 había sido empleado más frecuentemente, puesto que la RT muestra una alta actividad con este cebador plantilla. Sin embargo, el problema es que las ADN polimerasas celulares (pol beta y pol gamma) también utilizan eficientemente el mismo cebador plantilla". De hecho, en 1975, una conferencia internacional sobre ADN polimerasas eucarióticas definió la ADN polimerasa gamma como la enzima celular que "copia An.dT15 con alta eficiencia, pero no copia ADN bien". Un año antes Gallo escribió: "Bajo condiciones de reacción apropiadas, la ADN polimerasa beta puede transcribir eficientemente poli-A iniciada mediante oligo (dT)". De este modo, es posible detectar la transcripción de An.dT15 incluso cuando no está presente la RT, ni viral ni celular, especialmente bajo las condiciones utilizadas para probar la existencia del VIH (tanto Montagnier como Gallo aceptan que los fenómenos detectados en cultivos que se dice que prueban el aislamiento del VIH, no pueden detectarse a menos que las células estén químicamente estimuladas). Actualmente, la no especificidad de la RT se difunde incluso en la prensa popular, a los lectores que consideran la compra de acciones de compañías de biotecnología.

En conclusión, incluso si se acepta la definición de aislamiento de los grupos de Gallo y Montagnier, dado que las RT's y la retrotranscripción no es específica de los retrovirus, su detección, incluso en un número ilimitado de cultivos-cocultivos consecutivos, no puede ser considerada como prueba de aislamiento y propagación de un retrovirus.


Partículas de "VIH"

Montagnier y sus colegas reportaron inicialmente el VIH como una partícula tipo C, más tarde como una partícula tipo D y finalmente como un Lentivirus. En 1984 Gallo y sus colegas reportaron el VIH como una partícula tipo C. Sin embargo, en 1985 Gallo escribió: "Una posible característica única de las partículas virales es el núcleo cilíndrico observado en muchas supuestas viriones maduros. Los viriones que tienen este tipo de núcleo han sido frecuentemente reportados para ciertos retrovirus de tipo D, y en algunos casos, para retrovirus de tipo C". Jay Levy reportó el VIH como una partícula tipo D. Otros investigadores de la Universidad de California escribieron que "el virus del sida aislado muestra características morfológicas de tipo C, tipo D y Lentivirus". Según Anthony Fauci y otros investigadores, "Las células T y los macrófagos manejan el virus de un modo muy distinto. En la célula T, el virus gema hacia afuera de la membrana de plasma externa de la célula. En los cultivos de monocito-macrófago, gema de las vesículas unidas por la membrana dentro de las células". Esta última es una descripción de partícula retroviral de tipo A. Por tanto, los expertos líderes del VIH han descrito el VIH como miembro de dos subfamlias y tres géneros de Retroviridae. Estas diferencias taxonómicas suponen que si el VIH fuese un nuevo mamífero descubierto, podría haber sido un humano, un gorila o un orangután. Por consenso en la actualidad el VIH se considera un Lentivirus. Este acuerdo fue alcanzado cuando se descubrió que en individuos positivos por "VIH", el sida no aparecía pronto tras la "infección", aunque la denominación Lentivirus es una descripción morfológica.

Los "cultivos infectados de VIH" contienen, además de las partículas con la morfología atribuida al VIH, muchas otras "partículas virales". Por ejemplo, Hockley y sus colegas, del Electron Microscopy and Photography Section and Division of Virology del National Institute for Biological Standards and Control de Gran Bretaña, describieron una profusión de partículas que dividen en términos generales en tres grupos: maduras, con forma de anillo y pequeñas con puntas. Las partículas maduras "eran aproximadamente de forma esférica y de diámetro de 100 a 150 nm. La membrana de lípido exterior estaba frecuentemente rota o ausente en ciertos lugares, y no hubo pruebas de puntas en su superficie ... Se encontraron unas pocas partículas maduras que eran más grandes que la media, y aparentaban contener un nucleoide doble ... en la preparación del VIH hubo siempre muchas vesículas con contenidos granulares en donde no fue posible reconocer un nucleoide nítido". También, "las partículas con forma de anillo tenían una forma esférica más consistente y eran más grandes (140 nm en diámetro)", y las partículas pequeñas "eran raramente esféricas, sino algunas veces ligeramente angulares en forma, y con un diámetro de 65 a 90 nm" y tenían salientes en forma de punta en su superficie. Hans Gelderblom, quien ha realizado la mayoría de los estudios de ME en la investigación del VIH-sida, reportó que, aunque se considera que los Lentivirus, y por tanto el VIH, tienen un núcleo en forma de cono, él y sus colegas encontraron también núcleos centrosimétricos y tubulares. La leyenda de una fotografía dice: "Se pueden ver viriones que tienen núcleos en formas tubulares 'de bastón', alargados, de 30 a 35 nm de diámetro, o bien conteniendo más de un núcleo. Los núcleos en forma de cono tubulares y regulares pueden coexistir dentro de un virión". El texto afirma: "Raramente se observan estructuras de núcleo tubulares parecidas a bastones con un diámetro de 30 a 35 nm y una longitud de 150 a 250 nm". Lekatsas y otros virólogos de Sudáfrica y Johannesburgo reportaron: "Utilizamos la estructura cilíndrica característica del núcleo como una característica para identificar el virus y distinguirlo de los restos celulares, y también se notó que puede variar considerablemente en sus dimensiones y características morfológicas. Hemos encontrado dos tamaños de partículas de virus básicos, 90 nm y 120 nm, ambas presentes en gran número. La partícula más grande no tiene salientes de superficie, mientras que la partícula más pequeña raramente está 'desnuda' y usualmente tiene salientes". El CDC de los Estados Unidos informó: las partículas de VIH son "usualmente redondas y tienen un diámetro de alrededor de 85-95 nm ... en los linfocitos infectados con HTLV-III/VAL se ven comúnmente virus con nucleoides en forma de barra y partículas con una forma de gota, y también se ven partículas con forma de anillo sin nucleoides densos". La cuestión que surge entonces es: ¿si las partículas con una morfología "única" consideradas como VIH representan un retrovirus exógeno, originado de los tejidos de pacientes de sida y en riesgo de sida, entonces cuál es el origen y el papel de las muchas partículas que no son de VIH y cuáles, si hay alguna, de las partículas de "VIH" o que no lo son que se concentran a 1,16 g/ml? Es decir, ¿cuáles tienen la densidad característica de los retrovirus? Las partículas con aspecto retroviral se han encontrado en cultivos de células de linfocitos de sangre de cordón umbilical no infectados con VIH, y en células utilizadas para el "aislamiento" del VIH, como en la H9 (HUT-78), CEM, C8166, y células B transformadas de EBV. Las partículas con aspecto retroviral relacionadas antigénicamente con el VIH se han encontrado en cultivos de fragmentos de glandulas salivales procedentes de pacientes con el síndrome de Sjorgen. En el único estudio de ME, in vivo o in vitro, en que se utilizaron controles adecuados, y en que se realizó un amplio examen ciego de los controles y el material de test, se encontraron partículas indistinguibles del "VIH" en 18 de 20 (90%) de los alargamientos de ganglio linfático relacionados con el sida, así como en 13 de 15 (87%) de los no relacionados con el sida. Esto llevó a los autores a concluir: "La presencia de tales partículas no indican, por sí mismas, infección con VIH" (100).

Es de importancia fundamental notar que:

1. Como Hans Gelderblom y sus colegas apuntaron en 1998, hasta la fecha nadie ha reportado la presencia de "VIH de plasma infeccioso".

2. En cultivos "no infectados con VIH" hay partículas que muestran las características morfológicas fundamentales de los retrovirus, es decir, "un diámetro de 100 a 120 nm" Y superficies que "están salpicadas de salientes (puntas, botones)". El microscopista está de acuerdo en que las partículas de "VIH" están desprovistas de botones, y por tanto de la proteína gp120 del "VIH" (ver más abajo) que se dice que es la proteína constituyente de los botones.

Hans Gelderblom y sus colegas han estimado que, inmediatamente después de ser liberadas de la membrana de la célula, las partículas del "VIH" tienen una media de 0,5 botones por partícula, que son perdidos rápidamente, pero también señalaron que "era posible que pudieran observarse estructuras que se parecen a botones, incluso cuando no estaba presente la gp120 [botones], es decir, falsos positivos". Sin embargo, todos los expertos del VIH están de acuerdo en que la infectividad de las partículas del VIH está determinada por la gp120 (botones). De este modo, según Montagnier et al, "La gp120 es responsable de la unión con el receptor CD4", mientras que para Matthews y Bolognesi, "Primero la gp120 se une con el receptor CD4 de una célula no infectada; entonces la gp41 llega a sujetarse a la membrana adyacente; a continuación las dos membranas comienzan a fundirse, y el virus vierte sus contenidos en la célula". Callebaut et al afirman: "El virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH) infecta linfocitos, monocitos y macrófagos mediante la unión a su receptor principal, la molécula CD4, a través de la glicoproteína de la envoltura viral gp120. El bucle V3 de la gp120 es crítico para la infección del VIH". Otros están en total acuerdo.

El acuerdo general de que la gp120 (botones) es absolutamente necesaria para que las partículas de VIH sean infecciosas, y el hecho de que esta proteína (botones) no esté presente en las partículas libres de las células, lleva a una conclusión inevitable, el que las partículas de "VIH" no son infecciosas, no son partículas virales. Además:

1. Para infectar linfocitos de cordón umbilical y las células HUT-78, Montagnier y Gallo utilizaron fluidos libres de células (sobrenadantes). Montagnier cultivó linfocitos de cordón umbilical con sobrenadante procedente de los cocultivos de linfocitos de BRU cultivados con linfocitos de un individuo sano. Gallo cultivó la línea de células HUT-78 con sobrenadantes procedentes de los cultivos de diez individuos "infectados". Incluso si los sobrenadantes contenían partículas, siendo libres de células las partículas estarían desprovistas de botones (gp120), es decir, no habrían sido infecciosas. Esto significa que, incluso si Montagnier y Gallo tenían pruebas de que sus cultivos umbilicales y clonado HUT-78 contenían partículas con todas las características morfológicas de los retrovirus, que las partículas se concentraban a 1,16 g/ml en gradientes de densidad de sacarosa, y que la banda contenía nada más que partículas, entonces las partículas no se habrían originado de sus pacientes. Además, puesto que las únicas muestras que el Instituto Pasteur dio al laboratorio de Gallo eran libres de células, se debe cuestionar la base sobre la cual Gallo fue acusado de apropiación indebida del virus francés.

2. Se acepta generalmente que los hemofílicos se infectan con el VIH mediante el factor VIII contaminado. Sin embargo, hasta la fecha nadie ha reportado la presencia de partículas de "VIH" en plasma. Incluso si tales partículas estuviesen presentes, estas estarían desprovistas de gp120. Puesto que la gp120 es "crucial para la habilidad del VIH de infectar células nuevas", no es posible que los hemofílicos estén infectados con el VIH a través de la administración de factor VIII. Hay otro motivo fundamental por el que es imposible que los hemofílicos estén infectados con "VIH" procedente de factor VIII "contaminado". De acuerdo a una publicación del CDC (112), "Con el fin de obtener datos de la supervivencia del VIH, los estudios de laboratorio han requerido el uso de concentraciones artificialmente altas de virus crecido de laboratorio ... la cantidad de virus estudiado no se encuentra en especímenes humanos ni en ningún sitio más de la naturaleza, ... no se extiende o mantiene infeccioso fuera de su anfitrión. Aunque estas concentraciones no naturales de VIH pueden mantenerse vivas bajo condiciones de laboratorio bien controladas y limitadas, los estudios del CDC han mostrado que el secado de incluso estas altas concentraciones de VIH reduce el número de virus infecciosos de 90 a 99 por ciento en unas horas. Puesto que las concentraciones de VIH utilizadas en estudios de laboratorio son mucho más altas que las que realmente se encuentran en la sangre u otros especímenes corporales, el secado de la sangre humana infectada con VIH u otros fluidos corporales reduce el riesgo teórico de una transmisión medioambiental a la que ha sido observada, esencialmente cero". Dado que el factor VIII se dispensa como un polvo seco congelado que tarda muchas semanas o meses en ser utilizado, es incomprensible que el CDC y otros continúen considerando a los pacientes con hemofilia como con riesgo de infección con VIH mediante los concentrados de factor VIII contaminado, y enigmático que no se haya buscado alguna otra explicación del "VIH" y el sida en los hemofílicos (4).

La única conclusión que se puede sacar de los datos de microscopía electrónica es que las partículas reportadas no son VIH, ni siquiera específicas de un retrovirus, lo que significa que la detección de tales partículas, aunque sean en un número ilimitado de cultivos-cocultivos consecutivos, no son prueba de aislamiento, independientemente de como se defina aislamiento.

Además:

1. Incluso si la actividad de transcriptasa inversa y las partículas de aspecto retroviral fuesen específicas de los retrovirus, no son específicas de un retrovirus único. La única prueba que ambos grupos presentaron de la existencia de un único retrovirus VIH es la reacción antígeno-anticuerpo, como confirmaron tanto Montagnier como Gallo.

2. Se acepta que el encontrar un retrovirus en un cultivo, especialmente bajo las condiciones utilizadas por Montagnier y Gallo, no es prueba de que el retrovirus esté presente in vivo. La única prueba que presentaron los grupos de Gallo y Montagnier de la existencia del VIH in vivo fue la reacción antígeno-anticuerpo.

3. Incluso en la actualidad, la única prueba proporcionada de que el VIH es la causa del sida es la "correlación" entre el test de anticuerpos y la aparición del sida.

Es obvio que:

a. la interpretación de Montagnier y Gallo de la reacción antígeno-anticuerpo es crucial para la hipótesis del VIH como causa del sida, y de hecho para la existencia de un retrovirus único, el VIH;

b. si las interpretaciones no son correctas, no se tendría más opción que cuestionar no solamente la hipótesis del VIH como causa del sida, sino también la existencia del VIH.


Anticuerpos del VIH

También se ha mencionado que la simple interacción entre un antígeno, como una proteína o un virus, y un anticuerpo no prueba más que una relación química. En todos los demás aspectos, la reacción puede ser totalmente inespecífica. Para probar la especificidad de la reacción se debe emplear un método alternativo independiente que pruebe la existencia del antígeno, es decir, debe usarse lo que generalmente se conoce como un estándar oro. El único estándar oro posible para los tests de anticuerpos del VIH (la reacción anticuerpo-antígeno) es el VIH en sí mismo, es decir, el aislamiento del VIH. No importa como se defina aislamiento, pero obviamente la definición no puede incluir la reacción anticuerpo-antígeno (el test de anticuerpos, ni el WB ni el ELISA), porque haciendo eso, no solamente no se tiene un análisis independiente, sino que el test llega a ser su propio estándar oro, y de este modo pierde su significado. Leyendo los artículos de Gallo de 1984 en Science, parece que Gallo siempre definió aislamiento como "más de uno de lo siguiente: actividad de transcriptasa inversa bien en el sobrenadante o en la banda 1,16 g/ml; partículas con aspecto retroviral en el cultivo; o reacción entre las proteínas (bien en las células cultivadas o en la banda 1,16 g/ml) con los anticuerpos presentes en los sueros de los pacientes o "antisuero al HTLV-III". Sin embargo, en una entrevista que Gallo concedió a Huw Christie, el editor de la revista británica Continuum, en la Conferencia del Sida de Ginebra de 1998, Gallo dijo: "A veces tuvimos un Western blot positivo pero no podíamos aislar el virus, por lo que nos preocupamos y sentimos que estábamos teniendo falsos positivos en ocasiones, por lo que añadimos el Western Blot. Eso es todo lo que puedo contarte. Fue una herramienta experimental cuando la añadimos, y para nosotros funcionó bien, porque pudimos aislar el virus cuando la hicimos". Es decir:

1. En 1984 Gallo sabía que para probar la especificidad de un test de anticuerpos se debe utilizar un estándar oro.

2. El estándar oro tiene que ser el aislamiento del VIH.

3. Aunque no se sabe como él y sus colegas definieron inicialmente aislamiento, la definición no incluía la reacción anticuerpo-antígeno (el Western Blot). Esto significa que Gallo y sus colegas eran conscientes de que una reacción anticuerpo-antígeno no puede utilizarse como prueba de aislamiento. Sin embargo, cuando se publicaron sus artículos de Science, y con el propósito de reconciliar la baja correlación entre lo que ellos llamaron aislamiento y la reacción anticuerpo-antígeno, de modo arbitrario, y contra todo razonamiento científico, "añadieron el Western Blot" a su definición de aislamiento (es interesante decir que incluso con su nueva definición la correlación entre "aislamiento" y tests de anticuerpos no fue ni mucho menos perfecta. "Aislaron" el VIH en 26 de 72 (36%) de pacientes con sida, mientras que el 88% de los pacientes con sida fueron seropositivos utilizando un test de anticuerpos que Gallo consideraba como altamente específico).

En una entrevista que Montagnier dio al periodista francés Djamel Tahi, en 1997, afirmó: "el análisis de las proteínas del virus requiere la producción masiva y la purificación. Es necesario hacer esto". Ciertamente, el único modo de probar que una proteína es un constituyente viral es obtenerla de material que contiene nada más que partículas virales. En vez de esto, los grupos de Montagnier y Gallo incubaron las proteínas que se concentraban a 1,16 g/ml con los sueros de pacientes de sida. A las proteínas que se vio que reaccionaban de modo más frecuente con los sueros se las considero como proteínas del VIH (aunque ningún grupo publicó ninguna prueba de la existencia de partículas de aspecto retroviral, puras o impuras, en la banda de 1,16 g/ml), y a los anticuerpos que eran los anticuerpos del VIH. Sin embargo, incluso si la reacción antígeno-anticuerpo fuera 100% específica, es decir, los anticuerpos reaccionan solamente con los antígenos que los originan y con ninguno más, de tal reacción es imposible determinar el origen de ni siquiera un reactivo, mucho menos el origen del antígeno y el anticuerpo. Consideremos distintas situaciones:

1. Tanto Gallo como Montagnier tenían pruebas de que la banda de 1,16 g/ml contenía nada más que partículas retrovirales, y que sus anticuerpos reaccionaban específicamente con sus proteínas. Según Montagnier, en los cultivos que contienen células que se originan de los pacientes con leucemia de células T4 adultas, al igual que la línea de células HUT-78 de Gallo, "es una verdadera sopa" de retrovirus. Ciertamente, incluso si los cultivos no contienen el VIH, contendrán el HTLV-I y, dada la condición utilizada por Gallo y el hecho de que las células eran leucémicas, también pueden contener retrovirus endógenos. Según un experto del VIH bien conocido, Myron Essex, 35% de los pacientes de sida tienen anticuerpos al HTLV-I (en el misma edición de Science en que Montagnier publicó su aislamiento del "VIH", Gallo publicó tres artículos sosteniendo el aislamiento del HTLV-I en pacientes de sida, sugiriendo que este retrovirus era la causa del sida). Según otro también bien conocido experto del VIH, Reinhard Kurth, del Instituto Paul-Ehrich de Alemania, 70% de los "pacientes positivos al VIH" tienen anticuerpos que reaccionan con el retrovirus HTDV/HERV-K, un retrovirus endógeno, o como Kurth dijo, un retrovirus presente "en todos nosotros". También se encontró que un 37% de los individuos positivos al VIH tenían anticuerpos a retrovirus de tipo D, aunque se afirma que el VIH es un Lentivirus. Aunque los cultivos de Montagnier podían no haber contenido HTLV-I, el resultado podía todavía haber sido "una verdadera sopa" de retrovirus endógenos, especialmente si se considera las condiciones del cultivo y las células utilizadas, linfocitos de cordón umbilical, que se ha mostrado que liberan partículas con aspecto retroviral incluso cuando no están infectadas con el VIH. Puesto que no podemos obtener las proteínas de cada partícula para caracterizarlas, la segunda mejor opción es tomar la masa de partículas, trastocar sus proteínas y colocarlas en una tira electroforética según sus pesos moleculares. Aunque sabemos que las proteínas en la tira son retrovirales, no hay modo de determinar que proteína pertenece a qué retrovirus, si más de un retrovirus está presente en la banda de 1,16 g/ml. Cuando las proteínas son incubadas con sueros, podemos encontrar que algunas de las proteínas reaccionan. De tal reacción seremos capaces de decir que los anticuerpos, y obviamente las proteínas, son virales, pero no podemos determinar qué proteína pertenece a qué virus, y por qué virus se causaron los anticuerpos. Estaremos definitivamente equivocados si consideramos tal reacción como prueba de que la banda de 1,16 g/ml a) contiene solamente un retrovirus; b) el retrovirus es un retrovirus exógeno nuevo, el VIH; c) las proteínas son las proteínas del VIH; d) los anticuerpos son anticuerpos del VIH; e) estos datos prueben que un paciente está infectado con el VIH, incluso si las reacciones anticuerpo-antígeno son específicas.

2. Tanto Montagnier como Gallo tenían pruebas de que la gran mayoría de la banda de 1,16 g/ml estaba compuesta de partículas retrovirales, pero que la banda también contenía material no retroviral. Este material podría haber sido de origen celular (los constituyentes celulares también hacen banda a 1,16 g/ml), y puede ser de origen bacteriano, fúngico y viral (constituyentes de muchos agentes infecciosos, distintos a los retrovirus, que se conoce que están presentes en los cultivos y los pacientes). Es un hecho que en los Estados Unidos, Europa y Australia, los individuos con sida así como los que están en riesgo de sida tienen anticuerpos a muchos agentes infecciosos, incluyendo virus como el EBV, CMV y la hepatitis B. También existen datos que muestran que los individuos con sida y los que están en riesgo de sida tienen complejos inmunes circulatorios, factor reumatoide, anticuerpos antinucleares, anticelulares, antiplaquetario, antihematíes, antiactina, antitubulina y antimiosina. El propio Montagnier demostró que los individuos con sida y los que están en riesgo de sida tienen niveles altos de anticuerpos a una proteína celular omnipresente, la actina, cuyo peso molecular es 41.000, así como a otra proteína omnipresente, la miosina, que tiene dos subunidades de pesos moleculares, 18.000 y 25.000. Se han encontrado anticuerpos antilinfocito en 87% de los pacientes que tienen un test de anticuerpos "VIH" positivo, y sus niveles correlan con el estado clínico. También está confirmado que los africanos con sida y los que están en riesgo de sida están infectados con mucho agentes distintos al VIH.

Sabemos que no se puede tomar una proteína de la masa de 1,16 g/ml y saber de qué componente se origina. Sigamos entonces los mismos pasos que Gallo y Montagnier. Tomar la masa del material que se concentra a 1,16 g/ml, trastocar las proteínas y posicionarlas con electroforesis en una tira según sus pesos moleculares. Utilizando esta técnica no podemos saber de qué componente de la masa de banda de 1,16 g/ml se deriva una proteína de la tira. A continuación, incubamos las proteínas en la tira con los sueros del paciente y descubrimos que algunas de las proteínas reaccionan con anticuerpos presentes en los sueros. Incluso si la interacción anticuerpo-antígeno es 100% específica, tal reacción no nos permite definir el origen de las proteínas. Sin embargo, de tal reacción, y sin ninguna prueba de que los anticuerpos reaccionaran específicamente, Montagnier y Gallo definieron el origen de las proteínas y los anticuerpos como el "VIH".

Como se ha mencionado, Montagnier encontró tres proteínas en la banda de 1,16 g/ml que reaccionaron con anticuerpos presentes en los sueros de sus pacientes. Estas fueron la p25, p80 y la p45. Montagnier concluyó que sus pacientes estaban infectados con un retrovirus que "contenía una proteína principal p25, de tamaño similar a la del HTLV-I", pero no hizo comentarios respecto a la proteína p80. Respecto a la p45 escribió: "La proteína 45 K [p45] puede deberse a contaminación del virus con actina celular".

En 1997 Montagnier dijo que la proteína que detectó en 1983 tenía un peso molecular de 43.000 y era actina. (El peso molecular de la actina no es 45.000 ni 43.000, sino 41.000. Sin embargo, puesto que Montagnier y Gallo determinaron los pesos moleculares de las proteínas mediante su migración a una tira electroforética, y puesto que la migración puede ser influenciada por otros factores, por ejemplo, por la carga de las proteínas, es posible que estas pequeñas diferencias en el peso molecular sean simplemente el resultado de la variación experimental).

Cuando Gallo y sus colegas utilizaron las proteínas celulares como antígenos en el WB, reportaron: "Las reacciones más importantes fueron las de los antígenos de los siguientes pesos moleculares: 65.000, 60.000, 55.000, 41.000 y 24.000. Los antígenos con pesos moleculares de aproximadamente 88.000, 80.000, 39.000, 32.000, 28.000 y 21.000 dieron reacciones menos importantes ... También se detectó una gran proteína con un peso molecular de 130.000 y otra proteína de 48.000". En otro experimento los "antígenos procedentes de virus purificado a partir de los fluidos de cultivo, es decir, la banda de 1,16 g/ml, fueron incubados con sueros distintos. Encontraron una "amplia" reacción de los sueros de pacientes de sida con la p24 y la p41, y concluyeron: "estas moléculas son el principal componente de la preparación de virus. La p24 y p41 pueden por tanto considerarse proteínas estructurales virales ... Además, se detectó en la preparación de virus un antígeno con un peso molecular de aproximadamente 110.000, pero estaba por debajo del límite de detección en las células. También la p39 estaba presente en la preparación de virus ... De modo ocasional, un conjunto adicional de antígenos fue reconocido por un suero, pero su relación con los antígenos descritos anteriormente no es clara".

Entre 1983 y 1987, la detección de anticuerpos en los sueros del paciente que reaccionaban con la p24 o la p41 (Montagnier consideró la reacción con la p24 y Gallo con la p41 como específicas del VIH) fue considerada prueba de que el paciente estaba infectado con el VIH. En el mismo periodo de tiempo, llegó a ser obvio que un número significativo de individuos sin riesgo de sida tenían anticuerpos que reaccionaban con estas proteínas. Desde 1987, la mayoría de las proteínas que Gallo encontró que reaccionaban bien en los fragmentos de células o bien en la banda de 1,16 g/ml, son ahora consideradas como proteínas del VIH, y los laboratorios requieren la presencia de anticuerpos que reaccionen con más de una proteína para que el paciente sea considerado como infectado con el VIH. El número e identidad de las bandas anticuerpo-proteína (Western-blot) requeridas varía de continente a continente, de país a país, e incluso entre y dentro de los laboratorios de un mismo país. De este modo, era posible que el mismo paciente sea seropositivo al VIH en Nueva York, pero no en África o Australia.

Además, durante muchos años ha habido datos que muestran que la p24 no es específica al "VIH" (123,124), la p41 es la proteína celular actina (58,125,126), la p32 es la proteína DR de histocompatibilidad de clase II (126,127) y las p120/p160 son oligómeros de la p41 (128).

Incluso si existiesen pruebas de que las proteínas del "VIH" perteneciesen verdaderamente a un retrovirus exógeno único, no puede asumirse que los anticuerpos que reaccionan con las mismas diagnostiquen la infección de "VIH". Para probar la especificidad de los tests de anticuerpos es obligatorio lo siguiente:

a. testear un gran número de personas con y sin sida. Las personas sin sida no deben ser exclusivamente individuos sanos (puesto que no tienen altos niveles de anticuerpos, se esperarían pocas o ninguna reacción), sino también incluir los enfermos, como los pacientes con enfermedades infecciosas (distintas de las que se dice que resultan de la infección con el VIH), los que reciben quimioterapia y los que tienen desordenes autoinmunes;

b. simultáneamente (preferiblemente en la misma muestra de sangre) realizar tests de aislamiento del VIH;

c. comparar los resultados del test de anticuerpos con los resultados del aislamiento del VIH, es decir, utilizar el VIH como un estándar oro para el test de anticuerpos;

Hasta el día de hoy, nadie ha publicado tales estudios utilizando cualquier definición de aislamiento de "VIH".

La inevitable conclusión es que la reacción anticuerpo-antígeno no es específica del VIH y no puede por tanto utilizarse para probar el aislamiento del VIH, sin importar como se defina el aislamiento.


DESARROLLOS MÁS RECIENTES

En 1997 algunos de los más conocidos expertos del VIH aceptaron que:

1. El VIH "purificado" contiene proteínas celulares, "algunas de las cuales están demasiado representadas en comparación con la cantidad relativa en la membrana de las células, mientras que otras parecen estar ausentes", y que estas proteínas "sirven como inmunógenos protectores en experimentos de vacunación".

2. El VIH "utilizado para análisis bioquímicos y serológicos, o como inmunógenos, se prepara frecuentemente mediante centrifugación a través de gradientes de sacarosa", pero en ninguno de estos estudios "se ha verificado la pureza de la preparación del virus". Es decir, hasta 1997 nadie había publicado ninguna micrografía de electrones de la banda de 1,16 g/ml para probar que el "virus purificado" contenía nada más que partículas virales.

En ese año, se publicaron en Virology dos estudios, uno de un equipo americano, con Julian Bess como autor principal, y otro de un grupo franco-germano, con Pablo Gluschankof como autor principal, con las primeras micrografías de electrones de "VIH purificado". Mientras que en los estudios de the Gluschankof et al las ME's fueron de la banda de 1,16 g/ml, en el de Bess et al fueron de bandas acumuladas. Los autores de ambos estudios sostuvieron que su material "purificado"contenía algunas partículas con las apariencias de los retrovirus, y que eran de hecho partículas de VIH. Pero admitieron que su material contenía de modo predominante partículas que no eran retrovirus, sino "partículas de membrana en gemación frecuentemente llamadas microvesículas" o "virus simulado". De hecho, el título de las micrografías de electrones de Gluschankof et al dice "Vesículas purificadas procedentes de sobrenadantes de células H9 infectadas (a) y de PBMC activados (b)", no virus VIH purificado. En experimentos adicionales, también se concentró en gradientes de sacarosa a 1,16 g/ml el sobrenadante de cultivos no infectados. Ambos grupos sostuvieron que el material concentrado a partir de estos cultivos contenía solamente microvesículas, partículas de "virus simulado", pero no VIH. Tanto las partículas de "VIH" como las partículas de "virus simulado" tenían membranas. En el estudio de los Estados Unidos, las "partículas de VIH-1" se diferenciaron de las microvesículas "por los núcleos densos de electrones", mientras que en el otro estudio las partículas de "VIH" fueron "identificadas por el diámetro relativamente homogéneo de alrededor de 110 nm, el núcleo denso en forma de cono, y los "cuerpos laterales". Sin embargo, en las partículas señaladas con flecha que se dice que son de VIH es difícil, si no imposible, localizar alguna que tenga núcleos con forma de cono o "cuerpos laterales" bilaterales. De hecho, ninguna partícula de ningún estudio tiene las principales características morfológicas de los retrovirus, un diámetro de 100 a 120 nm y puntas o botones de superficie. En el estudio franco-alemán el diámetro medio de la partícula de "VIH" es de 136 nm, y ninguna partícula tiene un diámetro menor de 120 nm. En el estudio americano, las dimensiones correspondientes son 236 nm y 160 nm. Es decir, el "VIH" americano tiene el doble de diámetro que el "VIH" europeo, y todas las demás partículas de "VIH". Los autores americanos no notaron ni explicaron esta discrepancia, y "estuvieron mucho más centrados en mostrar la mezcla de partículas en las preparaciones frente a sus diámetros reales". El diámetro de las microvesículas "está desde unos 50 nm a 500 nm". Tanto las partículas de virus "VIH" como las de virus "simulado" contuvieron ARN. El ARN de este último había contenido ARNm, que es conocido por ser rico en adenina y que, según Gallo, es específico a ARN retroviral. Según Gluschankof et al, "Las vesículas contienen grandes cantidades de proteínas y ácidos nucléicos que no tienen estructura y, de este modo, son transparentes a la microscopía electrónica", siendo ese el motivo por el que muchas, aunque no todas, aparecen "vacías" al microscopio electrónico, mientras que los ácidos nucléicos en las partículas de "VIH" están estructurados, y por este motivo aparentan tener "núcleos densos de electrones". Sin embargo, según un retrovirólogo muy importante, John Bader, la densidad del núcleo puede cambiar según las condiciones externas, es decir, las condiciones del cultivo. Es bien conocido que una partícula de virus estructural, o partícula con aspecto viral, puede llegar a "perder la estructura" en la presencia de agentes reductores. Entonces no se puede excluir la posibilidad de que las diferencias morfológicas aparentes entre los dos tipos de partículas pueda ser debido a solamente la diferencia en el estado redox del microentorno en donde se ensamblan, se liberan o ambas cosas. Es significativo que la polimerización de la actina (o interacción actina-miosina) "media la gemación del VIH" y la liberación del VIH. También existen datos acerca de que:

1) Como mostraron Bess et al, las células no infectadas presentan gemaciones que no son distintas de los de las células infectadas.

2) Hay una asociación entre la redistribución de la actina polimerizada, la miosina y otras proteínas celulares (glicoproteínas), y muchos procesos celulares, incluyendo gemaciones no relacionadas con la liberación de retrovirus.

3) La polimerización de la actina, la interacción actina-miosina, y la vinculación cruzada de polímeros, se regula en general por el estado redox, con la oxidación llevando a la interacción.

4) Tanto los pacientes de sida como los cultivos derivados de pacientes de sida están sometidos a agentes oxidantes. De hecho, para la detección de las proteínas y partículas del "VIH" los cultivos de células deben estar estimulados (tratados con agentes oxidantes).

5) En presencia de antioxidantes no se observan fenómenos del "VIH"

La condición mínima absolutamente necesaria, pero no suficiente, para sostener que lo que se llaman "partículas de VIH-1" son un retrovirus y no microvesículas celulares, es mostrar que las fracciones de densidad de sacarosa obtenidos a partir de las células "infectadas" contienen proteínas que no están presentes en las mismas fracciones obtenidas de células no infectadas. Sin embargo, Bess et al han mostrado que esto no ocurre. La única diferencia que se puede ver en sus tiras de electroforesis de gel de poliacrilamida de SDS entre el "virus purificado" y el "virus simulado" es cuantitativa, no cualitativa. Esta diferencia cuantitativa puede deberse a muchas causas, incluyendo el hecho de que había diferencias significativas en la historia y el modo de preparación entre el cultivo de células H9 no infectado y el "infectado", además de la "infección".

Se informó de un descubrimiento similar por los mismos autores unos años antes. Sin embargo, mientras que en ambos estudios las proteínas de peso molecular "cercano a 42 kDa" (42.000) se etiquetan como "actina" y "en el rango de 30 a 40 kDa" como "HLA DR", todas las proteínas con peso molecular mayor que aproximadamente 42.000 y menores que aproximadamente 30.000 son dejadas sin etiquetar en el primer artículo. En el estudio de 1997, tres proteínas de peso molecular menor de 30.000 se etiquetaron como p24CA, p17MA y p6/p7NC, y se dice que representan las "bandas principales de las proteínas virales". Sin embargo, también según los autores, "estas etiquetas se añadieron cuando uno de los revisores las pidió. Consideró que ayudarían a orientar a los lectores al mirar a la figura. El revisor tenía razón, no determinamos las identidades de las bandas en este gel particular".

En el estudio anterior, los investigadores de los Estados Unidos presentaron datos adicionales indicando que las "proteínas virales" solamente eran proteínas celulares. En sus esfuerzos para fabricar una vacuna del VIH, inmunizaron macacos con, entre otros antígenos, "virus simulado", es decir, material de banda de densidad de sacarosa procedente de los sobrenadantes de cultivos de células H9 no infectados. Tras la inmunización inicial, a los monos se les dio dosis de recuerdo a las 4, 8 y 10 semanas. A los animales entonces se les estimuló con "SIV", propagado bien en células H9 o en células de macacos. Cuando los WB's obtenidos tras la inmunización, pero antes del estímulo de "SIV", se compararon con los WB's post-estimulación, se encontró que la estimulación con "SIV" propagado en células de macacos tenía algunas bandas adicionales. Sin embargo, los WB's obtenidos tras el estímulo con SIV propagado en células H9 eran idénticos con los WB's obtenidos tras la inmunización, pero antes del estímulo. En otras palabras, los inmunógenos de proteína en el "virus" fueron idénticos a los inmunógenos en el "virus simulado". Puesto que tanto el "virus simulado" como el "virus purificado" contienen las mismas proteínas, entonces todas las partículas vistas en los materiales de banda, incluyendo lo que los autores de los artículos de Virology de 1997 llamaron partículas de "VIH" deben ser vesículas celulares. Puesto que no hay prueba de que el material de banda de "virus purificado" contenga proteínas de retrovirus, y por tanto partículas retrovirales, entonces no puede haber pruebas de que ningún ARN de banda sea un ARN retroviral. Cuando tal ARN (o su ADNc) se utiliza como sondas y cebadores para estudios de hibridación y PCR, no importa que resultados se obtengan, no pueden considerarse como prueba de infección con un retrovirus, cualquier retrovirus.

En la entrevista que Montagnier dio a Djamel Tahi, se le preguntó por qué no publicaron una micrografía de electrones de la banda de 1,16 g/ml para probar que la banda representaba un virus "purificado", como sostuvieron. Montagnier respondió que el motivo fue que, incluso tras un "esfuerzo Romano" en su virus "purificado", no pudieron ver ninguna partícula con la "morfología típica de los retrovirus. Eran muy diferentes, relativamente diferentes". Cuando a Montagnier se le preguntó si Gallo había aislado el VIH respondió: "no lo creo". Si no había partículas con aspecto retroviral en el virus "purificado" de Montagnier, entonces obviamente Montagnier y sus colegas no pueden sostener haber aislado un retrovirus exógeno específico, el VIH.


EL GENOMA DEL VIH

Para sostener que un tramo de ARN (ADNc) es el genoma de una partícula retroviral única, el VIH, el requisito más básico es probar la existencia de una entidad molecular "ARN del VIH" ("ADN del VIH"), es decir, un único fragmento de ARN (ADN) idéntico tanto en su composición como en su longitud en todos los individuos infectados. La afirmación de que un tramo de ARN (ADNc) es una entidad molecular única que constituye el genoma de un retrovirus único se puede aceptar, sí y solamente sí se muestra que el ARN pertenece a partículas con las características morfológicas, físicas y de replicación de las partículas retrovirales. La prueba de esto solamente se puede obtener aislando las partículas, es decir, obtenerlas separadas de todo lo demás (purificándolas). En 1984, los grupos de Gallo y Montagnier reportaron haber encontrado ARN con poliadenilación (rico en adenina) (ARN-poli-A)) en el material concentrado a 1,16 g/ml obtenido de cultivos "infectados". Se sostuvo que el ARN era ARN del VIH, es decir, el genoma del VIH, y su ADN complementario el provirus del VIH. Sin embargo:

a) como se ha mencionado, aunque Montagnier sostiene que su banda de 1,16 g/ml contuvo partículas de "VIH" puras, según él ni su banda ni la de Gallo contuvo partículas con la "morfología típica de los retrovirus";

b) el ARN-poli(A) no es específico de los retrovirus. Puede encontrarse en todas las células e incluso en la banda de 1,16 g/ml obtenida a partir de células "no infectadas"; c) no hay prueba de la existencia de una entidad molecular única, "ARN de VIH" o "ADN de VIH", mientras que los genomas de los virus de ARN más variables no difieren en más de un 1%. La diferencia entre los genomas del ser humano y del chimpancé no supera el 2%, mientras que hay hasta un 40% de variación entre los genomas del "VIH";

d) en estudios de hibridación, utilizando el "ARN de VIH" o ADNc, Gallo, y desde entonces muchos otros investigadores, han sido incapaces de probar la existencia del genoma del VIH en linfocitos frescos procedentes de pacientes de sida. En 1994 Gallo afirmó: "Nunca hemos encontrado ADN del VIH en las células de tumor del KS ... De hecho, nunca hemos encontrado ADN del VIH en células T".

e) todas las afirmaciones de la existencia del VIH en humanos se basan en estudios de PCR (reacción en cadena de la polimerasa) utilizando pequeños fragmentos del genoma del "VIH" como cebadores. Sin embargo, incluso los investigadores que creen que hay pruebas de que los cebadores y sondas utilizados en estos estudios son VIH, aceptan que la especificidad de este ensayo, utilizando el test de anticuerpos como estándar oro, varía entre 0 y 100%. Incluso con la PCR nadie ha reportado la existencia del genoma del "VIH" completo en linfocitos frescos de ni siquiera un solo paciente de sida.

Por otra parte, a pesar de las muchas pruebas de lo contrario, para la mayoría de los retrovirólogos el encontrar un ácido nucléico nuevo en una célula se debe solamente un agente infeccioso. Ha pasado medio siglo desde que la premio Nobel Barbara McClintock descubriese el fenómeno de transposición, que puede llevar a la aparición de nuevos genotipos y fenotipos. Según McClintock, el genoma puede reestructurarse no solamente por transposición, sino también por otros medios. En su discurso del Nobel de 1983 dijo: "la rápida reorganización de los genomas puede ser característico de la formación de algunas especies. Nuestro conocimiento actual sugiere que estas reorganizaciones se originan de algún "shock" que fuerza al genoma a reestructurarse a sí mismo para superar una amenaza a su supervivencia ... La reestructuraciones genómicas más importantes ciertamente acompañaron a la mayoría de las formaciones de nuevas especies". El "shock genómico", que lleva al origen de nuevas especies, puede ser "bien producido por accidentes que ocurren dentro de la célula en sí misma, o bien impuesto desde fuera, como las infecciones por virus, cruces de especies, venenos de varios tipos, o incluso un entorno alterado como el impuesto en el cultivo de tejidos. Somos conscientes de algunos de los percances que afectan al ADN, y también de sus mecanismos reparadores, pero muchos otros podrían ser difíciles de reconocer. Se requerirían ajustes homeoestáticos a varios accidentes si estos accidentes ocurren frecuentemente. Muchos de estos percances y sus ajustes no se detectarían a menos que haya algún evento u observación que dirijiese su atención a ellos ... De modo incuestionable, saldremos de este periodo revolucionario con visiones modificadas de los componentes de las células y sobre como estas operan, pero solamente, sin embargo, a la espera de la aparición de la siguiente fase revolucionaria, que de nuevo traerá cambios sorprendentes en los conceptos".

Como hemos mencionado en otros artículos (9) (19), el retrovirus exógeno es solamente una posible explicación para el hecho de encontrar ácidos nucléicos nuevos en pacientes de sida. Otras explicaciones son:

1. El genoma de un retrovirus endógeno, es decir, un tramo de ARN con su correspondiente ADN proviral presente en el ADN celular de animales no infectados, y que se pasa de generación a generación de modo vertical (de padres a descendientes mediante la línea de células germinales), y que bajo ciertas condiciones puede expresarse e incorporarse en partículas retrovirales.

2. El genoma de un retrovirus desde el principio (de novo), ensamblado por la recombinación y borrado genético de:a) secuencias retrovirales endógenas, o b) secuencias retrovirales y celulares, o c) genes celulares no retrovirales.

3. Un ARN obtenido por transposición, es decir, mediante ciertas secuencias de ADN de replicación (transposones) que llegan a insertarse en alguna otra parte en el genoma, o bien mediante retroposición, es decir, mediante un ARN determinado (retrotransposones) que primero son transcritos en ADN y entonces, de modo similar, siendo insertados en el genoma. La retroposición puede "utilizar mecanismos celulares para la retroposición pasiva, así como retroelementos que contienen transcriptasa inversa". Los retroelementos pueden ser elementos con aspecto retroviral o elementos no virales. La retroposición no solamente puede "moldear y remoldear el genoma eucariótico de muchas formas distintas" sino que los retroelementos no virales pueden ser similares a los elementos retrovirales.

Un principio básico de la biología molecular es que la secuencia primaria de ARN refleja fielmente la secuencia primaria del ADN de donde se transcribe. Sin embargo, en los años 80, se descubrió la edición de ARN, "en términos generales definida como un proceso que cambia las secuencias de nucleótido de una molécula de ARN procedente del ADN plantilla que la codifica". En este proceso se puede readaptar una transcripción no funcional, produciendo un ARNm traducible, o bien modificar un ARNm que ya funciona, de modo que genera una proteína de secuencias de aminoácidos alteradas. Algunas veces la edición es tan extensa que la mayoría de secuencias en un ARNm no están genómicamente codificadas, sino que están generadas de un modo post-transcripcional, produciendo una "paradójica situación de una transcripción a la que la falta la suficiente complementariedad para hibridizar a su propio gen". Según Nancy Maizels y Alan Weiner, del departamento de biofísica y bioquímica molecular de la Universidad de Yale, "el dogma central ha sobrevivido a tiempos difíciles. El descubrimiento de la transcriptasa inversa corrigió pero no violó el dogma central de cómo los genes hacen proteínas; los intrones modificaron la conclusión de que los genes son necesariamente colienales con las proteínas que codifican; la reestructuración somática del ADN de linfocito hizo que se dudara de la estabilidad de los genomas eucarióticos ..., y el ARN catalítico cuestionó la preeminencia de proteínas y dio nueva vida al antiguo mundo del ARN". Sin embargo, el descubrimiento de la edición de ARN "podría estar cerca de darle un golpe mortal".

De este modo, el encontrar ARN's nuevos en células humanas, especialmente en pacientes de sida y aquellos en riesgo, no puede por más tiempo se considerado como una prueba incuestionable de que el ARN haya sido introducido de modo exógeno por un supuesto VIH o cualesquiera otros agentes infecciosos. Que este podría ser el caso ha sido recientemente aceptado por Luc Montagnier. En un testimonio escrito fechado el 2 de febrero de 2000, para el US House of Representatives Committee on Government Reform, Subcommittee on National Security, Veterans Affairs and International Relations, en apoyo del trabajo de su colega, Howard B Urnovitz (Montagnier está en el consejo consultivo científico de una compañía biomédica que cotiza públicamente y cuyo director es Urnovitz), Montagnier escribió: "He revisado la investigación publicada del Doctor Urnovitz y el testimonio preparado para la presentación a este comité, y recomiendo con empeño que la futura investigación en el Síndrome de la Guerra del Golfo incluya el estudio del material genético detectado".

Urnovitz y sus colegas presentaron datos de la existencia, en veteranos de la Guerra del Golfo Pérsico, de "nuevos" ARN's "no virales", "posiblemente causados por la exposición a genotóxicos ambientales". Concluyeron: "Los patrones de la ocurrencia de RPA's [poliribonucleotidos] en los sueros de GWV's [Veteranos de la Guerra del Golfo] y en controles sanos son suficientemente distintos para sugerir posibles aplicaciones de diagnóstico futuras ... Nuestros estudios en pacientes con mieloma múltiple activa sugiere que los pacientes con enfermedades multifactoriales crónicas individuales pueden tener RPA's únicos en sus sueros. Tests validados para tales supuestos marcadores sustitutivos pueden ayudar en el diagnóstico de tales enfermedades o en la evaluación de respuestas a modalidades terapéuticas.

En el mismo año 1983 en que Montagnier sostuvo el aislamiento del VIH, investigadores de Estados Unidos y Canada, en un artículo titulado, "Expresión de ARNm's nuevos conteniendo transposones en células T humanas", reportaron que "Utilizando una sonda HERV-H LTR, se detectaron 6 y 4,5 kb transcripciones mediante análisis Northern blot, que fueron inducidos en células T periféricas normales tras el tratamiento con fitohemaglutinina" (HERV = retrovirus endógeno humano). La fitohemaglutinina ha sido y continúa siendo utilizada no solamente por Montagnier, sino también por prácticamente todo retrovirólogo que afirma probar el aislamiento del VIH.

Puesto que Montagnier está de acuerdo con Urnovitz en que en los Veteranos de la Guerra del Golfo aparecen ARN's nuevos no virales, entonces ¿por qué debería la existencia de ARN's nuevos:

1) en pacientes de sida y en riesgo de sida ser el genoma de un retrovirus VIH y no el resultado de las muchas toxinas, incluyendo genotoxinas, a las que están expuestos?
2) en cultivos que contienen tejidos de pacientes de sida interpretarse como ARN's del VIH en vez del resultado de las muchas toxinas, incluyendo genotoxinas, a las cuales tanto los pacientes como los cultivos están expuestos? Especialmente cuando tanto Montagnier como Gallo aceptan que el VIH no se puede detectar en cultivos que no son tratados con dichas toxinas (agentes oxidantes) incluyendo PHA?

Cuando se los presione con fuerza, todos los expertos del VIH aceptarán que las partículas con aspecto retroviral, la transcriptasa inversa y las reacciones anticuerpo-antígeno no son específicas. Que este es el caso se ilustra y ejemplifica por el hecho de que, al principio de la era del sida, ellos fueron los primeros en reportar el aislamiento del VIH en individuos sin riesgo de sida (166-168). En 1985, Weiss y sus colegas reportaron el aislamiento de un retrovirus a partir de cultivos de células T estimuladas mitogénicamente de dos pacientes con hipogammaglobulinemia variable común. Este retrovirus "estaba claramente relacionado con el HTLV-III/VAL (VIH); los datos incluyeron western blot positivos con sueros de pacientes e hibridaciones con sondas de VIH (168). En 1984 Montagnier y sus colegas reportaron que "los linfocitos activados de un donante de sangre sano estuvieron liberando espontáneamente un virus similar al VAL1 en cultivo" (169). Con el método utilizado actualmente para el aislamiento del "VIH" (reacción de la p24 con proteínas del cultivo) Schupbach y sus colegas, utilizando cultivos de sangre completa, reportaron resultados positivos en 49 de 60 (82%) individuos "presumiblemente no infectados pero serológicamente indeterminados", y en 5 de 5 (100%) "donantes de sangre seronegativos". (170).


CONCLUSIÓN

En 1983 Luc Montagnier y sus colegas, y en 1984 Robert Gallo y sus colegas sostuvieron tener probado la existencia del VIH mediante la purificación de partículas retrovirales, es decir, obteniendo una masa de partículas aisladas de todo lo demás y mostrando que las partículas son infecciosas. Un análisis crítico de sus datos muestra que ningún grupo presentó la prueba del aislamiento de un retrovirus original a partir de los pacientes de sida. Los fenómenos que interpretaron como VIH son todos no específicos, y era sabido que lo eran mucho antes de la era del sida. De hecho, dado el origen de las células y las condiciones del cultivo, se podría esperar encontrar encontrar todos estos fenómenos incluso si los cultivos no están infectados con un retrovirus. En 1997 el propio Montagnier enfatizó que para probar la existencia de un retrovirus único es absolutamente necesaria la purificación, y admitió que no había presentado tal prueba, y que en su opinión tampoco Gallo. El reconocimiento de estos hechos podría ser el primer paso en resolver en problema de sida.




Referencias

1. Duesberg PH. (1987). Retroviruses as carcinogens and pathogens: Expectations and reality. Cancer Research 47:1199-1220.

2. Papadopulos-Eleopulos E. (1988). Reappraisal of AIDS: Is the oxidation caused by the risk factors the primary cause? Medical Hypotheses 25:151-162.

3. Papadopulos-Eleopopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM, Hedland-Thomas B, Causer D, Page B. (1995). A critical analysis of the HIV-T4-cell-AIDS hypothesis. Genetica 95:5-24.

4. Papadopulos-Eleopopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM, Causer D. (1995). Factor VIII, HIV and AIDS in haemophiliacs: an analysis of their relationship. Genetica 95:25-50.

5. Papadopulos-Eleopopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM, Bialy H. (1995). AIDS in Africa: Distinguishing fact and fiction. World Journal of Microbiology and Biotechnology 11:135-143.

6. Papadopulos-Eleopopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM, Causer D. (1997). Why no whole virus? Continuum 4:27-30.

7. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM. (1992). Oxidative stress, HIV and AIDS. Research in Immunology 143:145-8.

8. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM. (1992). Kaposi’s sarcoma and HIV. Medical Hypotheses 39:22-9.

9. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM. (1993). Is a positive Western blot proof of HIV infection? Bio/Technology 11:696-707.

10. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM. (1993). Has Gallo proven the role of HIV in AIDS? Emergency Medicine [Australia] 5:114-123.

11. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF. (1994). Deconstructing AIDS in Africa. The Independent Monthly 50-51.

12. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF. (1995). Reconstructing AIDS in Africa-Reply to Kaldor and Ashton. The Independent Monthly February:23-24.

13. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Causer DS, Papadimitriou JM. (1996). HIV transmission by donor semen. Lancet 347:190-1.

14. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM. (1996). Virus Challenge. Continuum 4:24-27.

15. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM, Causer D. (1997). HIV antibodies: Further questions and a plea for clarification. Current Medical Research and Opinion 13:627-634.

16. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM, Causer D, Page B. (1998). HIV antibody tests and viral load - more unanswered questions and a further plea for clarification. Current Medical Research and Opinion 14:185-186.

17. Papadopulos-Eleopulos E. (1998). A critical analysis of the evidence for the existence of HIV and the HIV antibody tests: Lecture the XIIth International AIDS Conference, Geneva. http://www.virusmyth.net/aids/perthgroup/geneva/index.htm

18. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM, Causer D, Alphonso H, Miller T. (1999). A critical analysis of the pharmacology of AZT and its use in AIDS. Current Medical Research and Opinion 15:1s-45s.

19. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM, Causer D. (1996). The Isolation of HIV: Has it really been achieved? Continuum 4:1s-24s. www.virusmyth.net/aids/data/epreplypd.htm

20. Gelderblom HR, Özel M, Hausmann EHS, Winkel T, Pauli G, Koch MA. (1988). Fine Structure of Human Immunodeficiency Virus (HIV), Immunolocalization of Structural Proteins and Virus-Cell Relation. Micron Microscopica 19:41-60.

21. Sinoussi F, Mendiola L, Chermann JC. (1973). Purification and partial differentiation of the particles of murine sarcoma virus (M. MSV) according to their sedimentation rates in sucrose density gradients. Spectra 4:237-243.

22. Toplin I. (1973). Tumor Virus Purification using Zonal Rotors. Spectra 225-235.

23. Levy JA, Fraenkel-Conrat H, Owens RA. (1994). Virology. 3rd ed. London: Prentice-Hall, 1994.

24. White DO, Fenner FJ. (1994). Medical Virology. 4th ed. San Diego: Academic Press.

25. Timbury MC. (1994). Notes on Medical Virology. Edinburgh: Churchill Livingstone.

26. Dimmock NJ, Primose SB. (1996). Introduction of Modern Virology. 4th ed. Oxford: Blackwell Science.

27. Fields BN, Knipe DM, Howley PM, eds. Fundamentals of Virology. Philadelphia: Lippincott-Raven, 1996.

28. Turner VF, Weiss R. Perth Group debate with Professor Robin Weiss on the existence of HIV, 1999. www.theperthgroup.com/aids/vftweiss.html

29. Tahi D. (1998). Did Luc Montagnier discover HIV? Text of video interview with Professor Luc Montagnier at the Pasteur Institute July 18th 1997. Continuum 5:30-34. www.virusmyth.net/aids/data/dtinterviewlm.htm

30. Gallo RC, Wong-Staal F, Reitz M, Gallagher RE, Miller N, Gillespie DH. Some evidence for infectious type-C virus in humans. (1976). p. 385-405 In: Animal Virology Balimore D, Huang AS, Fox CF, eds Academic Press Inc., New York.

31. Panem S. (1979). C Type Virus Expression in the Placenta. Current Topics in Pathology 66:175-189.

32. Grafe A. (1991). A history of experimental virology. Heidelberg: Springer-Verlag.

33. Frank H. Retroviridae. (1987). p. 253-256 In: Animal Virus and Structure Nermut MV, Steven AC, eds Elsevier, Oxford.

34. Gallo RC, Fauci AS. The human retroviruses. (1994). p. 808-814 In: Harrison’s Principles of Internal Medicine Isselbacher KJ, Braunwald E, Wilson JD, Martin JB, Fauci AS, Kasper DL, eds 13 ed McGraw-Hill Inc., New York.

35. Lower R, Lower J, Kurth R. (1996). The viruses in all of us: Characteristics and biological significance of human endogenous retrovirus sequences. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America 93:5177-5184.

36. Yang J, Bogerd HP, Peng S, Wiegand H, Truant R, Cullen BR. (1999). An ancient family of human endogenous retroviruses encodes a functional homolog of the HIV-1 rev protein. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America 96:13404-8. www.pnas.org/cgi/content/full/96/23/13404

37. Weiss RA, Friis RR, Katz E, Vogt PK. (1971). Induction of avian tumor viruses in normal cells by physical and chemical carcinogens. Virology 46:920-938.

38. Temin HM. (1974). On the origin of RNA tumor viruses. Harvey Lectures 69:173-197.

39. Weiss R, Teich N, Varmus H, Coffin J, eds. RNA Tumor Viruses. Cold Spring Harbor, New York: Cold Spring Harbor Laboratory, 1982.

40. Aaronson SA, Todaro GJ, Scholnick EM. (1971). Induction of murine C-type viruses from clonal lines of virus-free BALB/3T3 cells. Science 174:157-159.

41. Hirsch MS, Phillips SM, Solnik C. (1972). Activation of Leukemia Viruses by Graft-Versus-Host and Mixed Lymphocyte Reactions In Vitro. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America 69:1069-1072.

42. Toyoshima K, Vogt PK. (1969). Enhancement and Inhibition of Avian Sarcoma Viruses by Polycations and Polyanions. Virology 38:414-426.

43. Todaro GJ, Benveniste RE, Sherr CJ. Interspecies Transfer of RNA Tumour Virus Genes: Implications for the search for "Human" Type C Viruses. (1976). p. 369-384 In: Animal Virology Baltimore D, Huang AS, Fox CS, eds Academic Press Inc., New York.

44. Rous P. (1911). A Sarcoma of the Fowl transmissible by an agent separable from the Tumor Cells. J Exp Med 13:397-411.

45. Dansette PM, Bonierbale E, Minoletti C, Beaune PH, Pessayre D, Mansuy D. (1998). Drug-induced immunocytotoxicity. European Journal of Drug Metabolism and Pharmacokinetics 23:443-451.

46. Roitt IM. (1997). Roitt’s Essential Immunology. Ninth ed. London: Blackwell Science, 1997.

47. Crawford DH, Azim T. The use of the Epstein-Barr virus for the production of human monoclonal antibody secreting cell lines. (1986). p. 1-6 In: Human monoclonal antibodies: Current techniques and future perspectives Brown J, ed IRL Press Ltd, Oxford.

48. Guilbert B, Fellous M, Avrameas S. (1986). HLA-DR-specific monoclonal antibodies cross-react with several self and nonself non-MHC molecules. Immunogenetics 24:118-121.

49. Pontes de Carvalho LC. (1986). The faithfullness of the immunoglobulin molecule: can monoclonal antibodies ever be monospecific? Immunology Today 7:33.

50. Ternynck T, Avrameas S. (1986). Murine natural monoclonal antibodies: a study of their polyspecificities and their affinities. Immunological Reviews 94:99-112.

51. Owen M, Steward M. Antigen recognition. (1996). p. 7.1-7.12 In: Immunology Roitt I, Brostoff J, Male D, eds 4th ed Mosby, London.

52. Gonzalez-Quintial R, Baccala R, Alzari PM, et al. (1990). Poly(Glu60Ala30Tyr10) (GAT)-induced IgG monoclonal antibodies cross- react with various self and non-self antigens through the complementarity determining regions. Comparison with IgM monoclonal polyreactive natural antibodies. European Journal of Immunology 20:2383-7.

53. Parravicini CL, Klatzmann D, Jaffray P, Costanzi G, Gluckman JC. (1988). Monoclonal antibodies to the human immunodeficiency virus p18 protein cross-react with normal human tissues. AIDS 2:171-177.

54. Fauci AS, Lane HC. Human Immunodeficiency Virus (HIV) Disease: AIDS and Related Disorders. (1994). p. 1566-1618 In: Harrison’s Principles of Internal Medicine Isselbacher KJ, Braunwald E, Wilson JD, Martin JB, Fauci AS, Kasper DL, eds 13th ed McGraw-Hill Inc., New York.

55. Berzofsky JA, Berkower IJ, Epstein SL. Antigen-Antibody Interactions and Monoclonal Antibodies. (1993). p. 421-465 In: Fundamental Immunology Paul WE, ed 3rd ed Raven, New York.

56. Beard JW. (1957). Physical methods for the analysis of cells. Annals of the New York Academy of Sciences 69:530-544.

57. Bader JP. Reproduction of RNA Tumor Viruses. (1975). p. 253-331 In: Comprehensive Virology Fraenkel-Conrat H, Wagne RR, eds Plenum Press, New York.

58. Barré-Sinoussi F, Chermann JC, Rey F, et al. (1983). Isolation of a T-lymphotropic retrovirus from a patient at risk for acquired immune deficiency syndrome (AIDS). Science 220:868-71.

59. Popovic M, Sarngadharan MG, Read E, Gallo RC. (1984). Detection, Isolation, and Continuous Production of Cytopathic Retroviruses (HTLV-III) from Patients with AIDS and Pre-AIDS. Science 224:497-500.

60. Goudsmit G. (1997). Viral Sex-The Nature of AIDS. New York: Oxford University Press, 1997.

61. Gallo RC, Salahuddin SZ, Popovic M, et al. (1984). Frequent Detection and Isolation of Cytopathic Retroviruses (HTLV-III) from Patients with AIDS and at Risk for AIDS. Science 224:500-503.

62. Sarngadharan M, G., Popovic M, Bruch L. (1984). Antibodies Reactive to Human T-Lymphotrophic Retroviruses (HTLV-III) in the Serum of Patients with AIDS. Science 224:506-508.

63. Schupbach J, Popovic M, Gilden RV, Gonda MA, Sarngadharan MG, Gallo RC. (1984). Serological analysis of a Subgroup of Human T-Lymphotrophic Retroviruses (HTLV-III) Associated with AIDS. Science 224:503-505.

64. Maddox J. (1992). More on Gallo and Popovic. Nature 357:107-109.

65. Culliton BJ. (1990). Inside the Gallo Probe. Science 248:1494-1498.

66. Francis DP. The search for the cause. (1983). p. 137-150 In: The AIDS epidemic Cahill KM, ed 1st ed Hutchinson Publishing Group, Melbourne.

67. Gallo RC, Sarin PS, Kramarsky B, Salahuddin Z, Markham P, Popovic M. (1986). First isolation of HTLV-III. Nature 321:119.

68. Wofsy CB, Hauer LB, Michaelis BA, et al. (1986). Isolation of AIDS-associated retrovirus from genital secretions of women with antibodies to the virus. Lancet i:527-529.

69. Vogt MW, Craven DE, Crawford DF, et al. (1986). Isolation of HTLV-III/LAV from cervical secretions of women at risk for AIDS. Lancet i:525-527.

70. Henin Y, Mandelbrot L, Henrion R, Pradinaud R, Coulaud JP, Montagnier L. (1993). Virus excretion in the cervicovaginal secretions of pregnant and nonpregnant HIV-infected women. Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes 6:72-75.

71. Lee MH, Sano K, Morales FE, Imagawa DT. (1987). Sensitive reverse transcriptase assay to detect and quantitate human immunodeficiency virus. Journal of Clinical Microbiology 25:1717-21.

72. Temin HM, Baltimore D. (1972). RNA-Directed DNA Synthesis and RNA Tumor Viruses. Advances in Virology Research 17:129-186.

73. Varmus H. (1987). Reverse transcription. Scientific American 257:48-54.

74. Varmus HE. (1989). Reverse transcription in bacteria. Cell 56:721-724.

75. Lazcano A, Valverde V, Hernandez G, Gariglio P, Fox GE, Oro J. (1992). On the early emergence of reverse transcription: theoretical basis and experimental evidence. Journal of Molecular Evolution 35:524-536.

76. Varmus H. (1988). Retroviruses. Science 240:1427-1435.

77. Chang LJ, Pryciak P, Ganem D, Varmus HE. (1989). Biosynthesis of the reverse transcriptase of hepatitis B viruses involves de novo translational initiation not ribsomal frameshifting. Nature 337:364-368.

78. Mitsuya H, Broder S. (1989). Antiretroviral chemotherapy against human immunodeficiency virus (HIV) infection: perspective for therapy of hepatitis B virus infection. Cancer Detection and Prevention 14:299-308.

79. Lai CL, Chien RN, Leung NW, et al. (1998). A one-year trial of lamivudine for chronic hepatitis B. Asia Hepatitis Lamivudine Study Group. New England Journal of Medicine 339:61-8.

80. Neurath AR, Strick N, Sproul PSO. (1992). Search for hepatitis B virus cell receptors reveals binding sites for interleukin 6 on the virus envelope protein. Journal of Experimental Medicine 175:461-469.

81. Vegnente A, Guida S, Lobo-Yeo A, et al. (1991). T lymphocyte activation is associated with viral replication in chronic hepatitis B virus infection of childhood. Clinical and Experimental Immunology 84:190-194.

82. Sarria L, Gallego L, de las Heras B, Basaras M, Cisterna RSO. (1993). Production of hepatitis B virus from peripheral blood lymphocytes stimulated with phytohemagglutinin. Enfermedades infecciosas y microbiologia clinica 11:187-189.

83. Gallo RC, Sarin PS, Wu AM. On the nature of the Nucleic Acids and RNA Dependent DNA Polymerase from RNA Tumor Viruses and Human Cells. (1973). p. 13-34 In: Possible Episomes in Eukaryotes Silvestri LG, ed North-Holland Publishing Company, Amsterdam.

84. Wong-Staal F, Hahn B, Manzuri V, et al. (1983). A survey of human leukemias for sequences of a human retrovirus. Nature 302:626-628.

85. Whitkin SS, Higgins PJ, Bendich A. (1978). Inhibition of reverse transcriptase and human sperm DNA polymerase by anti-sperm antibodies. Clinical and Experimental Immunology 33:244-251.

86. Ono K, Ohashi A, Yamamoto A, et al. (1979). Discrimination of reverse transcriptase from cellular DNA polymerase by kinetic analysis. Cellular and molecular biology 25:323-8.

87. Weissbach A, Baltimore D, Bollum F. (1975). Nomenclature of eukaryotic DNA polymerases. Science 190:401-402.

88. Gallo RC, Gallagher RE, Miller NR, et al. (1975). Relationships between components in primate RNA tumor viruses and in the cytoplasm of human leukemia cells: implications to leukemogenesis. Cold Spring Harbor Symposium on Quantitative Biology 39:933-961.

89. Klatzmann D, Montagnier L. (1986). Approaches to AIDS therapy. Nature 319:10-11.

90. Zagury D, Bernard J, Leonard R, et al. (1986). Long-Term Cultures of HTLV-III-Infected T Cells: A Model of Cytopathology of T-Cell Depletion in AIDS. Science 231:850-853.

91. Pachacz M. No need to be phased. Shares, 2001: 28-32.

92. Gallo RC, Shaw GM, Markham PD. The Etiology of AIDS. (1985). p. In: AIDS Etiology, Diagnosis, Treatment and Prevention DeVita VT, Hellman S, Rosenberg SA, eds 1st ed J.B. Lippincott Company, Philadelphia.

93. Munn RJ, Preston MA, Yamamoto JK, Gardner MB. (1985). Ultrastructural comparison of the retroviruses associated with human and simian acquired immunodeficiency syndromes. Laboratory Investigation 53:194-199.

94. Orenstein JM, Meltzer MS, Phipps T, Gendelman HE. (1988). Cytoplasmic assembly and accumulation of human immunodeficiency virus types 1 and 2 in recombinant human colony-stimulating factor-1-treated human monocytes: an ultrastructural study. Journal of Virology 62:2578-2586.

95. Hockley DJ, Wood RD, Jacobs JP. (1988). Electron Microscopy of Human Immunodeficiency Virus. Journal of General Virology 69:2455-2469.

96. Lecatsas G, Taylor MB. (1986). Pleomorphism in HTLV-III, the AIDS virus. South African Medical Journal 69:793-794.

97. Palmer E, Sporborg C, Harrison A, Martin ML, Feorino P. (1985). Morphology and immunoelectron microscopy of AIDS virus. Archives of Virology 85:189-196.

98. Dourmashkin RR, O’Toole CM, Bucher D, Oxford JS. The presence of budding virus-like particles in human lymphoid cells used for HIV cultivation. VIIth International Conference on AIDS 1991, Florence: 122.

99. Garry RF, Fermin CD, Hart DJ, Alexander SS, Donehower LA, Luo-Zhang H. (1990). Detection of a human intracisternal A-type retroviral particle antigenically related to HIV. Science 250:1127-9.

100. O’Hara CJ, Groopmen JE, Federman M. (1988). The Ultrastructural and Immunohistochemical Demonstration of Viral Particles in Lymph Nodes from Human Immunodeficiency Virus-Related Lymphadenopathy Syndromes. Human Pathology 19:545-549.

101. Gelderblom HR. (1998). HIV sequence data base: Fine structure of HIV and SIV. http://hiv-web.lanl.gov/HTML/reviews/Gelderblom.html

102. Layne SP, Merges MJ, Dembo M, et al. (1992). Factors underlying spontaneous inactivation and susceptibility to neutralization of human immunodeficiency virus. Virology 189:695-714.

103. Gougeon ML, Laurent-Crawford AG, Hovanessian AG, Montagnier L. (1993). Direct and indirect mechanisms mediating apoptosis during HIV infection: contribution to in vivo CD4 T cell depletion. Immunology 5:187-194.

104. Matthews TJ, Bolognesi DP. (1988). AIDS vaccines. Scientific Medicine 259:98-105.

105. Callebaut C, Krust B, Jacotot E, Hovanessian AG. (1993). T cell activation antigen, CD26, as a cofactor for entry of HIV in CD4+ cells. Science 262:2045-2050.

106. Weber JN, Weiss RA. (1988). HIV infection: the cellular picture. Scientific American 259:80-87.

107. Moore JP, Nara PL. (1991). The role of the V3 loop and gp120 in HIV infection. AIDS 5:S21-S33.

108. Mortimer PP. (1989). The AIDS virus and the AIDS test. Medicine Internationale 56:2334-2339.

109. Redfield RR, Burke DS. (1988). HIV Infection:The clinical Picture. Scientific American 259:70-78.

110. Rosenberg ZF, Fauci AS. (1990). Immunopathogenic mechanisms of HIV infection: cytokine induction of HIV expression. Immunology Today 11:176-180.

111. Haseltine WA, Wong-Staal F. (1988). The molecular biology of the AIDS virus. Scientific Medicine 259:34-42.

112. CDC. (1994). Fact sheet on HIV transmission. www.cdc.gov/hiv/pubs/facts/transmission.htm

113. Christie H. Interview with Dr. Robert Gallo July 1st Palexpo Conference Centre Geneva. [Betacam]. New York, 1998.

114. Tristem M. (2000). Identification and characterization of novel human endogenous retrovirus families by phylogenetic screening of the human genome mapping project database. Journal of Virology 74:3715-30. http://jvi.asm.org/cgi/content/full/74/8/3715

115. O’Connell C, O’Brien S, Nash WG, Cohen M. (1984). ERV3, a full-length human endogenous provirus: chromosomal localization and evolutionary relationships. Virology 138:225-35. www.ncbi.nlm.nih.gov/htbin-post/ Omim/getmim%3ffield=medline_uid&search=6495650

116. Larsson E, Kato N, Cohen M. (1989). Human endogenous proviruses. Current Topics in Microbiology and Immunology 148:115-132.

117. Essex M, McLane MF, Lee TH, et al. (1983). Antibodies to cell membrane antigens associated with human T-cell leukemia virus in patients with AIDS. Science 220:859-62.

118. Morozov VA, Ilyinskii PO, Uckert WA, Wunderlich W, Ilyin KV. (1989). Antibodies to structural and nonstructural gag-coded proteins of type-D retroviruses in humans with lymphadenopathy and AIDS. International Journal of Tissue Reaction 11:1-5.

119. Matsiota P, Chamaret S, Montagnier L. (1987). Detection of Natural Autoantibodies in the serum of Anti-HIV Positive-Individuals. Annales de l’Institut Pasteur Immunologie 138:223-233.

120. Calabrese LH. (1988). Autoimmune manifestations of human immunodeficiency virus (HIV) infection. Clinical and Laboratory Medicine 8:269-279.

121. Bonara P, Maggioni L, Colombo G. Anti-lymphocyte antibodies and progression of disease in HIV infected patients. VII International AIDS Conference 1991, Florence: 149.

122. Burke DS. (1989). Laboratory diagnosis of human immunodeficiency virus infection. Clinical and Laboratory Medicine 9:369-392.

123. Belshe RB, Clements ML, Keefer MC, et al. (1994). Interpreting HIV serodiagnostic test results in the 1990s: social risks of HIV vaccine studies in uninfected volunteers. Annals of Internal Medicine 121:584-589.

124. Mortimer P, Codd A, Connolly J, et al. (1992). Towards error free HIV diagnosis: notes on laboratory practice. Public Health Laboratory Service Microbiology Digest 9:61-64.

125. Chamaret S, Squinazi F, Courtois Y, Montagnier L. Presence of anti-HIV antibodies in used syringes left out in public places, beaches or collected through exchange programs. XIth International Conference on AIDS 1996, Vancouver.

126. Arthur LO, Bess JW, Jr., Urban RG, et al. (1995). Macaques immunized with HLA-DR are protected from challenge with simian immunodeficiency virus. Journal of Virology 69:3117-24.

127. Henderson LE, Sowder R, Copeland TD. (1987). Direct Identification of Class II Histocompatibility DR Proteins in Preparations of Human T-Cell Lymphotropic Virus Type III. Journal of Virology 61:629-632.

128. Pinter A, Honnen WJ, Tilley SA, et al. (1989). Oligomeric structure of gp41, the transmembrane protein of human immunodeficiency virus type 1. Journal of Virology 63:2674-9.

129. Bess JW, Gorelick RJ, Bosche WJ, Henderson LE, Arthur LO. (1997). Microvesicles are a source of contaminating cellular proteins found in purified HIV-1 preparations. Virology 230:134-144.

130. Gluschankof P, Mondor I, Gelderblom HR, Sattentau QJ. (1997). Cell membrane vesicles are a major contaminant of gradient-enriched human immunodeficiency virus type-1 preparations. Virology 230:125-133.

131. Smith RG, Donehower L, Gallo RC, Gillespie DH. (1976). Rapid purification of 70S RNA from media of cells producing RNA tumor viruses. Journal of Virology 17:287-290.

132. Gillespie D, Marshall S, Gallo RC. (1972). RNA of RNA tumor viruses contains poly A. Nature: New biology 236:227-231.

133. Sasaki H, Nakamura M, Ohno T, Matsuda Y, Yuda Y, Nonomura Y. (1995). Myosin-actin interaction plays an important role in human immunodeficiency virus type 1 release from target cells. Proceedings of the National Academy o Sciences of the United States of America 92:2026-2030.

134. Choudhury S, El-Farrash MA, Kuroda MJ, Harada S. (1996). Retention of HIV-1 inside infected MOLT-4 cells in association with adhesion-induced cytoskeleton reorganisation. AIDS 10:363-368.

135. Orentas RJ, Hildreth JEK. (1993). Association of host cell surface adhesion receptors and other membrane proteins with HIV and SIV. AIDS Research and Human Retroviruses 9:1157-1165.

136. Pearce-Pratt R, Malamud D, Phillips DM. (1994). Role of cytoskeleton in cell-to-cell transmission of human immunodeficiency virus. Journal of Virology 68:2898-2905.

137. Small JV, Langanger G. (1981). Organisation of actin in the leading edge of cultured cells: influence of osmium tetroxide and dehydration on the ultrastructure of actin meshworks. The Journal of Cell Biology 91:695-705.

138. Jackobson K, O’Dell D, Holifield B, Murphy TL, August JT. (1984). Redistribution of a major cell surface glycoprotein during cell movement. The Journal of Cell Biology 99:1613-1623.

139. Carpen O, Pallai P, Staunton DE, Springer TA. (1992). Association of intercellular adhesion molecule-1 (ICAM-1) with actin-containing cytoskeleton and α -actinin. The Journal of Cell Biology 118:1223-1234.

140. Herman IM, Crisona NJ, Pollard TD. (1981). Relation between cell activity and the distribution of cytoplasmic actin and myosin. The Journal of Cell Biology 90:84-91.

141. Wang YL. (1985). Exchange of actin subunits at the leading edge of living fibroblasts: a possible role of treadmilling. The Journal of Cell Biology 101:597-602.

142. Papadopulos-Eleopulos E. (1982). A Mitotic Theory. Journal of Theoretical Biology 96:741-758.

143. Papadopulos-Eleopulos E, Knuckey N, Dufty A, Fox RA. (1989). Importance of the redox state in vasoconstriction induced by adrenaline and serotonin. Cardiovascular Research 23:662-665.

144. Papadopulos-Eleopulos E, Knuckey N, Dufty A, Fox RA. (1985). Evidence that the redox state has a role in muscular contraction and relaxation. Physiological Chemistry and Physics and Medical NMR 17:407-412.

145. Rivabene R, Varano B, Gessini S, et al. Combined treatment with 3-aminobenzamide and N-acetylcysteine inhibits HIV replication in U937-infected cells. XIth International AIDS Conference 1996, Vancouver: DocID: Tu. A.2032.

146. Steinhauer DA, Holland JJ. (1987). Rapid evolution of RNA viruses. Annual Review of Microbiology 41:409-33.

147. Kozal MJ, Shah N, Shen N, et al. (1996). Extensive polymorphisms observed in HIV-1 clade B protease gene using high-density oligonucleotide arrays. Nature Medicine 2:753-759.

148. Ottman M, Innocenti P, Thenadey M, Micoud M, Pelloquin F, Seigneurin JM. (1991). The polymerase chain reaction for the detection of HIV-1 genomic RNA in plasma from infected individual. Journal of Virological Methods 31:273-284.

149. Lauritsen JL. NIDA meeting calls for research into the poppers-Kaposi’s sarcoma connection. (1995). p. 325-330 In: AIDS: Virus- or Drug Induced Duesberg PH, ed Kluwer Academic Publishers, London.

150. Lauritsen J. (1994). NIDA Meeting Calls for Research into the Poppers-Kaposi’s Sarcoma Connection. The New York Native . www.virusmyth.net/aids/data/jlpoppers.htm

151. Owens DK, Holodniy M, Garber AM, et al. (1996). Polymerase chain reaction for the diagnosis of HIV infection in adults. A meta-analysis with recommendations for clinical practice and study design. Annals of Internal Medicine 124:803-15.

152. McClintock B. (1984). The significance of responses of the genome to challenge. Science 226:792-801.

153. Weiner AM, Deininger PL, Efstratiadis A. (1986). Nonviral retroposons: genes, pseudogenes, and transposable elements generated by the reverse flow of genetic information. Annual Review of Biochemistry 55:631-661.

154. Leib-Mosch C, Brack-Werner R, Werner T, et al. (1990). Endogenous retroviral elements in human DNA. Cancer Research 50:5636s-5642s.

155. Covello PS, Gray MW. (1989). RNA editing in plant mitochondria. Nature 341:662-666.

156. Eisen H. (1988). RNA editing: Who’s on first? Cell 53:331-332.

157. Lamond AI. (1988). RNA editing and the mysterious undercover genes of trypansomatid mitochondria. Trends in Biochemical Sciences 13:283-284.

158. Maizels N, Weiner N. (1988). In search of a template. Nature 334:469-470.

159. Montagnier L. (2000). Written testimony to the US House of Representatives. www.house.gov/reform/ns/hearings/subfolder/urnovitztest.htm

160. Urnovitz HB, Tuite JJ, Higashida JM, Murphy WH. (1999). RNAs in the sera of Persian Gulf War veterans have segments homologous to chromosome 22q11.2. Clinical Diagnostic Laboratory Immunology 6:330-5. http://cdli.asm.org/cgi/content/full/6/3/330

161. Kelleher CA, Wilkinson DA, Freeman JD, Mager DL, Gelfand EW. (1996). Expression of novel-transposon-containing mRNAs in human T cells. Journal of General Virology 77:1101-10.

162. Papadopulos-Eleopulos E, Hedland-Thomas B, Causer DA, Dufty AP. (1989). An alternative explanation for the radiosensitization of AIDS patients. International Journal of Radiation Oncology and Biological Physics 17:695-697.

163. Urnovitz HB. (2000). Statement for the Durban AIDS conference. . www.chronicillnet.org/AIDS/durban.htm

164. Ameisen J, Capron A. (1991). Cell dysfunction and depletion in AIDS: the programmed cell death hypothesis. Immunology Today 12:102-105.

165. Urnovitz HB, Murphy WH. (1996). Human endogenous retroviruses: nature, occurrence, and clinical implications in human disease. Clinical Microbiological Reviews 9:72-99.

166. Boussin, F.,Rey, F., Dormont, D. et al. 1988. Isolation of HIV in a seronegative demented patient without symptoms of immune deficiency. Cancer Detection and Prevention. 12:257-265.

167. Bayliss, G.J., Jesson, W.J., Evans, B.A. et al. 1989. Isolation of HIV-1 from small volumes of heparinized whole blood. AIDS 3:45-49.

168. Webster, A.D.B., Dalgleish, A.G., Beattie, R. et al. 1986. Isolation of retroviruses from two patients with "Common Variable" Hypogammaglobulinaemia. Lancet i:581-582.

169. Montagnier, Chermann, Barre-Sinossi et al. A new human lymphotropic retrovirus; characterization and possible role in lymphadenopathy and AIDS, in Human T-Cell Leukemia/Lymphoma Virus, edited by Robert C. Gallo, Cold Spring Harbor Laboratory, 1984, pages 363-379.

170. Schupbach, J., Jendis, J.B., Bron, C. et al. 1992. False-positive HIV-1 virus cultures using whole blood. AIDS 6:1545-1546.


References re introductory remarks

1. Padian NS, Shiboski SC, Glass SO, Vittinghoff E. Heterosexual transmission of human immunodeficiency virus (HIV) in northern California: results from a ten-year study. American Journal of Epidemiology 1997;146:350-357.

2. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM, Alfonso H, Page BAP, Causer D, et al. Mother to Child Transmission of HIV and its Prevention with ATZ and Nevirapine. Perth: The Perth Group,2001. http://aidsmyth.addr.com/report/news/newperthpaper.htm

3. Papadopulos-Eleopulos E. Reappraisal of AIDS: Is the oxidation caused by the risk factors the primary cause? Medical Hypotheses 1988;25:151-162.

4. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM. Kaposi’s sarcoma and HIV. Medical Hypotheses 1992;39:22-9.

5. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM. Oxidative stress, HIV and AIDS. Research in Immunology 1992;143:145-8.

6. Papadopulos-Eleopopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM, Hedland-Thomas B, Causer D, Page B. A critical analysis of the HIV-T4-cell-AIDS hypothesis. Genetica 1995;95:5-24.

7. Papadopulos-Eleopopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM, Bialy H. AIDS in Africa: Distinguishing fact and fiction. World Journal of Microbiology and Biotechnology 1995;11:135-143.

8. Papadopulos-Eleopopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM, Causer D. Factor VIII, HIV and AIDS in haemophiliacs: an analysis of their relationship. Genetica 1995;95:25-50.

9. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM, Causer D. The Isolation of HIV: Has it really been achieved? Continuum 1996;4:1s-24s.

10. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM. Virus Challenge. Continuum 1996;4:24-27.

11. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Causer DS, Papadimitriou JM. HIV transmission by donor semen. Lancet 1996;347:190-1.

12. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM, Causer D. HIV antibodies: Further questions and a plea for clarification. Current Medical Research and Opinion 1997;13:627-634.

13. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM, Causer D, Page B. HIV antibody tests and viral load - more unanswered questions and a further plea for clarification. Current Medical Research and Opinion 1998;14:185-186.

14. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM, Causer D, Alphonso H, Miller T. A critical analysis of the pharmacology of AZT and its use in AIDS. Current Medical Research and Opinion 1999;15 (Supplement 1):1s-45s.

15. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF. Analysis of mother-to-child transmission of HIV and the HIVNET 012 (Nevirapine) trial from Uganda, 2001 www.theperthgroup.com/aids

16. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM, Alfonso H, Page BA, Causer D, et al. Global voices on HIV/AIDS. Heterosexual transmission of HIV in Africa is no higher than anywhere else. British Medical Journal 2002;324:1035 /cgi/content/full/324/7344/1034#resp3

17. Papadopulos-Eleopulos E, Turner VF, Papadimitriou JM, Alfonso H, Page BAP, Causer D, et al. High rates of HIV seropositivity in Africa-alternative explanation. in press International Journal of STD and AIDS 2003.